El sarcoma: ¿Qué es, cómo se diagnostica y qué tratamientos existen?
El sarcoma son tumores malignos o cánceres. Deben su nombre a la raíz griega “sarcos”, que significa “carne” y “oma”, que significa “tumor”. Por lo tanto, su origen está en los tejidos de soporte y relleno (tejidos blandos), como son los huesos, los músculos, las fibras y la grasa.
A causa de eso, pueden tener una conducta un poco diferente a los cánceres comunes. Por ejemplo, tienen una tendencia menor a invadir linfáticos, tal vez por la escasez de linfáticos en los tejidos blandos, su mayor tendencia a propagarse a distancia y su propensión a volver a crecer en el sitio de origen.
Es común que se localicen en extremidades, pelvis ósea, espalda etc, aunque algunos sarcomas se desarrollan sobre los músculos que existen en algunos órganos, como los sarcomas uterinos.
Diagnóstico
El diagnostico al principio es difícil, ya que se presentan como un “bulto” indoloro en una extremidad o espalda preferentemente. Como este bulto es indoloro, la tendencia del paciente y, a veces, del médico que los ve por primera vez, es a no darle importancia. Eso no ocurre con los sarcomas que se desarrollan en los huesos, que sí suelen dar dolor.
En cualquier caso, si presenta dolor o el bulto crece, la resonancia magnética es la técnica que más ayuda presta, ya que es el método que mejor permite visualizar las “partes blandas”. A partir de aquí, sólo la biopsia o la extirpación del tumor y su análisis microscópico nos darán el diagnóstico.
Tratamiento
Tanto los sarcomas óseos como los de las partes blandas tienen como tratamiento principal la cirugía. Antiguamente esta cirugía era muy mutilante, llegándose con frecuencia a las amputaciones.
Actualmente, el tratamiento para los sarcomas óseos descansa sobre la quimioterapia y la cirugía, mientras que los sarcomas de partes blandas también se tratan con cirugía, pero se suelen complementar con radioterapia, y con menor frecuencia, con quimioterapia.
Las indicaciones en radioterapia están perfectamente asentadas. Se suele precisar en tumores mayores de 5cm o si la cirugía no ha sido totalmente radical. Como alternativa se puede incluso administrar la radioterapia antes de la cirugía.
Tiene como ventaja que la tolerancia al tratamiento y efectos secundarios son menores, pero se debe transmitir al paciente que estos tumores reducen muy poco su tamaño, por lo que no debe alarmarse si, tras un tratamiento con radioterapia, mantienen un tamaño similar.
Al extirparlos, se observará una gran cantidad, pero muchas veces la totalidad del tumor esta desvitalizado o destruido y se ha sustituido por un tejido cicatricial, razón por la que su tamaño varía poco.
Para los sarcomas avanzados, tanto de las partes blandas como de hueso, si la cirugía es imposible, sólo cabe la posibilidad de un tratamiento para aliviar los síntomas.