El Síndrome de Apnea del Sueño II: diagnóstico y tratamiento
El Documento Nacional de Consenso sobre el Síndrome de Apneas-Hipopneas del Sueño (SAHS) de 2005 definió el SAHS como “un cuadro de somnolencia excesiva, trastornos cognitivo-conductuales, respiratorios, cardíacos, metabólicos o inflamatorios secundarios a episodios repetidos de obstrucción de la vía aérea superior (VAS) durante el sueño.
Diagnóstico del Síndrome de Apneas-Hipopneas del Sueño (SAHS)
El método de referencia para el diagnóstico de pacientes con sospecha de SAHS es la Polisomnografía convencional (PSG) que consiste en un registro continuo de electroencefalograma, electrooculograma y electromiograma mentoniano (para evaluar las foses del sueño y los microdespertares), así como de otras variables para cuantificar los trastornos respiratorios y sus repercusiones (pulsioximetría, flujo aéreo nasobucal mediantes cánula nasal y termistor, ronquidos, movimientos toracoabdominales, electrocardiograma, posición en cama y movimientos de piernas).
La PSG se debe realizar en horario nocturno o en el habitual del sueño del paciente, con un registro superior a 6,5 horas y debe incluir por lo menos 3 horas de sueño. Por todo ello, la PSG es una técnica relativamente cara, laboriosa y técnicamente compleja que no está al alcance de todos los centros, y que debido a la gran demanda de exploraciones no se puede utilizar en todos los pacientes.
Para afrontar estas dificultades se han desarrollado equipos pórtatiles que registran solamente las variables respiratorias, por lo que a esta técnica se le denomina Poligrafía Respiratoria (PR) y permite realizar el estudio en el hospital o en el domicilio del paciente. La PR es un método aceptable para confirmar el diagnóstico de los pacientes con sospecha clínica de SAHS moderada o alta.
Tratamiento del Síndrome de Apneas-Hipopneas del Sueño (SAHS)
Los objetivos del tratamiento del SAHS son, por un lado, conseguir el control de los síntomas (fundamentalmente la somnolencia) y por otro minimizar el riesgo de accidentabilidad y cardiovascular. Las alternativas terapéuticas de los pacientes con SAHS implican medidas variables según el espectro de gravedad de la enfermedad. Estas abarcan desde medidas generales destinadas a disminuir el colapso de la vía aérea superior a medidas quirúrgicas y dispositivos.
La presión en la vía aérea (CPAP nasal) es el tratamiento de primera elección en los pacientes con SAHS. La CPAP consiste fundamentalmente en una turbina o motor que genera un flujo variable de aire y transmite una presión positiva continua sobre la vía aérea superior a través de un tubo se conecta a una mascarilla, adaptada al paciente, que puede ser nasal, nasobucal o tipo almohadillas nasales.
La evidencia científica de la CPAP hoy en día es indiscutible y ha demostrado ser eficaz y coste-efectiva. Las diferentes sociedades científicas han establecido indicaciones de prescripción de CPAP. Estas se basan en la gravedad del SAHS, medido por el índice de apnea-hipopnea (IAH), y la coexistencia de síntomas y comorbilidades.
No obstante, debe también tenerse en cuenta el tratamiento de factores causantes que acompañan: mejorar la higiene del sueño, tratamiento de la obesidad, tratamiento de la obstrucción nasal, reparación de factores anatómicos como la hipertrofia adenoidea y/o amigdalar y deformaciones mandibulares.
Los dispositivos de avance mandibular (DAM) son eficaces en el tratamiento del ronquido y del SAHS leve-moderado con índice de masa corporal bajo y desaturaciones no importantes. También pueden ser útiles como segunda elección en pacientes que no toleran la CPAP.
Se han descrito multitud de técnicas quirúrgicas que buscan reducir la obstrucción anatómica en la nariz, la orofaringe e hipofaringe con distinto nivel de agresividad y eficacia. Dentro de las técnicas quirúrgicas empleadas se incluyen la septoplastia, la úvulopalatofaringoplastia, la cirugía de la base de la lengua, la cirugía de avance mandibular y la ablación por radiofrecuencia. Aunque la cirugía puede jugar un papel importante en pacientes con SAHS que no toleran la CPAP, no debemos olvidar que no está exenta de complicaciones y que su eficacia es a menudo impredecible.