El virus del papiloma humano y sus diferentes manifestaciones

El virus del papiloma humano y sus diferentes manifestaciones

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Escrito por: La redacción de Top Doctors
Editado por: TOP DOCTORS® el 27/05/2019

Qué es el VPH

El virus del papiloma humano (VPH) es un virus tipo DNA, del que se conocen en la actualidad más de 100 variedades diferentes. De ellas, unas están relacionadas con las verrugas simples, que por ejemplo afectan a las manos, los pies, o el cuello y tienen escasa trascendencia patológica.  Otras dos variedades están relacionadas con las verrugas genitales (condilomas) y, aunque son muy molestas, suelen tener también poca trascendencia patológica. El resto de las cepas pueden clasificarse de bajo riesgo o de alto riesgo para producir cáncer epitelial.

Se debe prestar especial atención a las cepas de alto riesgo que, al afectar a piel y mucosas, pueden evolucionar a un tipo de cáncer. Especialmente afectan al cuello de útero, vagina, ano, pene y orofaringe (cavidad bucal).

Suele ser un virus de transmisión sexual, y puede analizarse mediante pruebas ya muy bien contrastadas por su eficacia como la citología. Si se detecta su presencia, debe catalogarse la cepa a la que pertenece mediante una hibridación in situ, o mejor mediante un PCR, ya que el manejo es muy diferente si se trata de una cepa de alto o bajo riesgo.

 

Qué síntomas presenta

Los síntomas también varían según el tipo de cepa. Las que producen las llamadas verrugas comunes, que se suelen localizar en manos, pies y cuello, tienen forma de una pequeña coliflor y acostumbran a desaparecer por sí solas. Tampoco están ligadas al desarrollo del cáncer. Existen otro tipo de cepas que producen las verrugas genitales, anales y orofaringeas. Suelen también evolucionar favorablemente en personas sin depresión inmunológica, si bien a veces requieren algún tipo de intervención médica para su eliminación, y no están asociadas al desarrollo de cáncer.

En cambio, el resto de cepas, y en especial las de alto riesgo, producen afectación de las células y potencialmente son generadoras de cáncer. Antes producen displasia, que va evolucionando en diferentes grados de gravedad, a lo largo de años. Las lesiones no son clínicamente detectables y solo pueden evidenciarse mediante análisis citológico (Papanicolau).

Las relaciones con varios compañeros sexuales, el inicio temprano en las relaciones sexuales, la infección por un virus de alto riesgo, la persistencia de la infección a lo largo del tiempo, algún estado de inmunosupresión y el tabaco son algunos de los factores de riesgo para desarrollar un cáncer.

Tratamientos existentes

Las verrugas comunes no suelen necesitar tratamiento, en todo caso es suficiente con su extirpación mediante aplicación tópica de cremas específicas o de nitrógeno líquido, o a través del bisturí eléctrico. Lo mismo podemos decir de las verrugas genitales, debiendo ser cuidadosos en la aplicación de cremas por las delicadas zonas a tratar.

Respecto a la infección del resto de las cepas lo más prioritario es la prevención. Ello se consigue evitando las relaciones sexuales de riesgo, usando preservativos y últimamente con la vacunación antiHPV. En estos momentos existen en el mercado dos vacunas, una que protege contra la infección del virus 6, 11, 16 y 18 (GardasilÒ) y otra que protege frente al virus 16 y 18 (CervarixÒ). Se recomienda el uso de las mismas a las mujeres de entre 11 y 25 años, si bien cada vez se van ampliando las indicaciones.

Una vez desarrollada la infección, si persiste en el tiempo o es por virus de alto riesgo, se debe indicar la exéresis de la zona afectada (lonchado quirúrgico habitualmente), y gracias a ello se logra la curación y el análisis de la posible extensión, mediante la investigación anatomopatológico de la zona extirpada.

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