Endarterectomía carotídea tras un ictus para evitar una segunda embolia
La endarterectomía carotídea consiste en la exéresis o extirpación de la placa de ateroma que se genera en las arterias, en la bifurcación carotídea, como una manifestación más de la arteriopatía obliterante por arterioesclerosis. La técnica en sí supone un abordaje del eje arterial carotídeo a nivel del cuello, que puede llevarse a cabo con anestesia local o general, en función del equipo quirúrgico que la lleve a cabo.
En qué casos se indica la endarterectomía carotídea
La endarterectomía carotídea se indica en aquellas situaciones en que el paciente ha sufrido un ictus isquémico transitorio de origen en un vaso arterial extracraneal. Por lo general, suele ser una placa de ateroma en la bifurcación carotídea- carótida interna que estenosa más de un 75%.
Objetivo de la intervención de endarterectomía carotídea
El objetivo de la endarterectomía carotídea es profiláctico, es decir, intentar evitar un nuevo ictus isquémico, siendo la exéresis de la placa de ateroma (endarterectomía) el procedimiento quirúrgico a realizar. De esta manera se elimina la fuente embolica y/o estenosante del flujo arterial cerebral. No obstante, para que la cirugía sea efectiva, no debe dilatarse en el tiempo tras el evento isquémico, por lo que se recomienda llevarla a cabo en los siguientes 15 o 20 días. Es una intervención que se realiza en un tiempo de entre 45 y 75 minutos, siempre que se realice en manos expertas por especialistas en Angiología y Cirugía vascular.
En qué consiste el postoperatorio de endarterectomía carotídea
El tratamiento postoperatorio, además de las curas locales de la herida, consta de un tratamiento médico postcirugía a base de AAS (Ácido Acetil-Salicílico) 100mgr y/o Clopidogrel.