Enfermedad de Ménière: síntomas, causas y tratamiento
La enfermedad de Ménière es una patología poco conocida que afecta al oído interno y causa vértigo, pérdida de audición y pitidos en el oído afectado.
En el mundo de la Otorrinolaringología, se cree que la enfermedad de Ménière es causada por un aumento de la presión de la endolinfa, el líquido que rellena el oído interno. Sin embargo, esta hipertensión no explica todos los síntomas y consecuencias de la enfermedad, así que las investigaciones actualmente se enfocan en ello.
Síntomas de la enfermedad de Ménière
La enfermedad de Ménière se caracteriza por tres síntomas principales:
• Crisis de vértigo incapacitantes: aparecen de forma casi aleatoria y sin síntomas de aviso. Estas crisis suelen impedir al paciente mantenerse en pie y, en algunos casos, también provoca vómitos. En los casos más graves, el paciente puede tener entre tres y cuatro crisis a la semana y, en los intervalos sin crisis, el paciente siente una fuerte inestabilidad, como si fuera ebrio, que le incapacita para llevar a cabo su vida normal.
• Hipoacusia: pérdida de audición. El paciente no puede oír correctamente los sonidos y siente una fuerte molestia, incluso dolor, cuando oye sonidos fuertes. De este modo, el paciente, pese a no oír bien, se ve obligado a utilizar tapones en los oídos.
• Acúfenos: pitido intenso y constante en el oído afectado. Puede variar de intensidad o tonalidad y hace que el paciente no pueda descansar ni concentrarse en sus actividades.
Tratamiento de la enfermedad de Ménière
El tratamiento de esta enfermedad está dirigido a varios ámbitos:
• Evitar circunstancias desencadenantes: estrés, cambios de horarios, cambios dietéticos, etc.
• Medicación: fundamentalmente betahistina y corticoides. Si se toma adecuadamente, la enfermedad puede estabilizarse en alrededor del 70% de los pacientes.
• Cirugía: inyecciones intratimpánicas de corticoides y gentamicina, que consiguen administrar la medicación directamente al oído interno.
• Rehabilitación del equilibrio y de los síntomas auditivos: una vez estabilizada la enfermedad, es imprescindible recuperar la capacidad de andar, ponerse en pie sin ayuda y volver a oír lo mejor posible.