Fístula perianal: tratamiento quirúrgico
Tras aprender qué es y qué síntomas presenta una Fístula Perianal, el siguiente paso es saber cómo es el tratamiento quirúrgico de esta patología.
El objetivo de la cirugía de la fístula perinanal es la curación total de la fístula y la preservación de una adecuada función de los esfínteres que evite la aparición secuelas indeseables como la incontinencia.
Tratamiento de una fístula
El tratamiento de la fístula perianal es exclusivamente quirúrgico y debe confiarse siempre a un especialista, dado que las decisiones que tome el cirujano pueden tener un enorme impacto en la futura calidad de vida del paciente. El cirujano debe disponer de diversas opciones terapéuticas para poder enfocar cada caso de forma individualizada y debidamente consensuada con el paciente. Para ello es posible que se requiera el soporte de algunas exploraciones radiológicas complementarias que ayuden a tomar la decisión quirúrgica.
Durante los últimos años la cirugía de la fístula perianal se ha orientado preferentemente hacia procedimientos quirúrgicos cada vez menos agresivos que evitan heridas extensas, gravadas muchas de ellas con largos periodos de cicatrización. Dichas técnicas, a su vez, están proporcionando resultados cada vez más satisfactorios.
Con mucha frecuencia, el tratamiento de la fístula requiere varias intervenciones. En la primera, se procede a la colocación de un tutor de goma o de seda conocido internacionalmente con el nombre de seton, (sedal) a lo largo del trayecto fistuloso. Dicho sedal se introduce a lo largo de toda la fístula y emerge por el orificio interno y externo de la misma uniéndose ambos cabos fuera a modo de lazada. Con ello se persigue consolidar el trayecto de la fístula, evitar nuevas infecciones y hacerlo más abordable para la segunda cirugía. Esta que se lleva acabo transcurridos dos o tres meses, tiempo durante el cual el paciente puede hacer vida normal sin ningún tipo de restricciones.
La técnica de la cirugía definitiva depende de las preferencias y de la experiencia del cirujano con cada una de ellas. La utilización de sustancias biológicas para sellar el trayecto de la fístula, o la localización y sección del mismo mediante una mínima incisión quirúrgica son algunas de las técnicas preferidas, que aportan un porcentaje de curación superior al 75%.
Tras la cirugía
Una operación de fístula perianal no impide que surjan nuevas fístulas en el futuro. Indudablemente, existe un porcentaje de recidivas. Sin embargo, las modernas técnicas poco agresivas permiten enfrentarse a esta situación con mayor optimismo que años atrás. La principal ventaja de esta operación, es que tras la cirugía el paciente está totalmente recuperado y, trascurrido un periodo de reposo razonable y con unas sencillas curas, se puede volver a la vida cotidiana con toda normalidad.