Fisura anal: causas y tratamiento
Causas de la fisura anal
La fisura anal crónica está causada por el estreñimiento, asociado al aumento de presión del esfínter interno, uno de los músculos que abrazan el ano-recto y que es responsable de la continencia. En la mayoría de ocasiones, la fisura anal, en su manifestación aguda, se cierra sola o es ayudada por medidas como los antiinflamatorios, la fibra en la dieta y los laxantes.
Cuando la fisura se convierte en crónica, el síntoma principal es el dolor agudo e intenso durante y/o después de la defecación.
Tratamiento de la fisura anal
Una fisura anal debe tratarse siempre por un especialista en Coloproctología mediante pomadas concretas que disminuyan el tono del esfínter anal interno, promoviendo la cicatrización de la fisura. El efecto de estas pomadas es positivo aunque pueden causar efectos secundarios como la cefalea.
Cuando el tratamiento conservador fracasa, el "gold standard" del tratamiento de la fisura anal crónica es la esfinterotomía lateral interna, consistente en la realización de un corte en el esfínter interno. Este procedimiento debe ser llevado a cabo por un especialista en Cirugía General puesto que si no está bien realizado puede conducir a complicaciones como la recidiva o, aún más grave, la incontinencia fecal.
Seguimiento tras la intervención
Se trata de una intervención rápida, segura y muy efectiva. Normalmente los pacientes no han de tener ningún cuidado especial en el postoperatorio puesto que está muy bien tolerada y solamente requiere de la higiene habitual y algún analgésico durante los primeros días.
¿Una fisura anal puede derivar en un problema mayor?
La fisura anal crónica no puede comportar ningún otro problema mayor que el mismo dolor que provoca, pero existen fisuras anales de localización atípica, secundarias a otros procesos patológicos potencialmente graves, que deben descartarse con una buena exploración física.