Glaucoma: síntomas y tratamiento

Glaucoma: síntomas y tratamiento

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Escrito por: La redacción de Top Doctors
Editado por: TOP DOCTORS® el 05/05/2019

La hipertensión ocular es el aumento permanente o intermitente de la presión interna del ojo por encima de los límites normales. En sí mismo esta alteración no es ninguna patología como tal, pero supone una situación de riesgo ya que puede progresar hacia un glaucoma, que podría significar un daño irreversible de la visión. Este tipo de hipertensión es frecuente y no tiene unos síntomas evidentes, por eso diagnosticarla es muy importante. Por un lado, las personas que la sufren han de hacerse revisiones periódicas para detectar a tiempo cualquier signo de progresión al glaucoma. Por otro lado, según las directrices actuales algunos grupos de pacientes con hipertensión ocular han de recibir tratamiento preventivo por tal de evitar el progreso a un glaucoma.
El glaucoma es una enfermedad compleja del nervio óptico y de algunas capas y células de la retina con un principal, pero no único, factor de riesgo para la presión interna del ojo (presión intraocular o “PIO”). Es tan frecuente que, actualmente supone la primera causa de ceguera en el mundo desarrollado. 

Glaucoma: síntomas y tratamiento

Síntomas del glaucoma

Es una patología a menudo oculta y traidora porqué no presenta síntomas pero, cuando lo hace, las posibilidades de pérdida irreversible de la visión son muy grandes.
Es una patología crónica, esquiva y difícil de parar porqué los tratamientos que funcionan, a menudo sin síntomas ni aviso previos, dejan de funcionar, o los tratamientos que para la mayoría de pacientes suelen ser suficientes, para otros trágicamente se demuestra que no lo son.

Tratamiento del glaucoma

Por último, este tipo de tratamientos requieren a los pacientes seguir unos procedimientos complejos y escrupulosos utilizando diferentes tipos de gotas durante varias veces al día, razón por la que a menudo se reducen el cumplimiento. Aunque durante un tiempo no aparezcan síntomas de advertencia, este incumplimiento puede tener consecuencias muy negativas e irreversibles para la visión del paciente.
El tratamiento quirúrgico del glaucoma, a diferencia de la catarata, es más complejo y discutido y tiene más riesgos en la operación. Por eso requiere una elevada capacidad técnica por parte del especialista en Oftalmología. En el mejor de los casos, la intervención quirúrgica detiene la progresión de la pérdida de visión, pero no vuelve la visión perdida, como si pasa en las intervenciones de cataratas. Por tanto, de poco sirve si se hace demasiado tarde, a la vez que puede superar riesgos importantes e innecesarios si se lleva a cabo antes de tiempo.
Es, pues, enormemente importante que todos, especialmente los familiares de los pacientes con glaucoma y otros grupos de riesgo, realicen revisiones preventivas por tal de conseguir un diagnóstico precoz del glaucoma y la hipertensión ocular.

 

 

 

Oftalmología