Hidrocefalia
CONCEPTO: Dilatación ventricular, es decir, aumento del tamaño de las cavidades que contienen el líquido cefalorraquído (LCR) cerebral por acúmulo excesivo debido a trastornos en la producción, circulación y reabsorción del líquido cefalorraquídeo secundaria a múltiples etiologías.
• Puede ser debida a un problema en la reabsorción normal del LCR o a un obstáculo u obstrucción en el normal flujo de LCR en algún punto en el circuito entre los ventrículos y las cisternas de la base.
• Las causas que provocan la hidrocefalia pueden ser diversas y van desde malformaciones neonatales, hematomas y hemorragias cerebrales, tumores e infecciones del sistema nervioso central o postraumática.
La hidrocefalia puede ser tanto infantil como afectar a adultos. En caso de hidrocefalia neonatal la patencia de las suturas en ocasiones puede permitir que a expensas de un mayor crecimiento de la cabeza (megacefalia), el daño neurológico o riesgo vital secundaria a la hidrocefalia no sea tan manifiesto.
En cuanto a la velocidad de la instauración de la hidrocefalia puede ser aguda, subaguda o crónica. Cuanto más aguda es la hidrocefalia mayor es la gravedad y el riesgo vital, así como la necesidad urgente de ser tratada, ya que suele asociarse a diferentes grados de hipertensión endocraneal que puede provocar daño neurológico.
Mención especial por su frecuencia requiere la llamada Hidrocefalia Crónica del Adulto o también conocida como Hidrocefalia normotensiva (ya que al contrario que la mayoría de las hidrocefalias que cursan con aumento de la presión intracraneal, en estos casos la presión puede ser puntualmente normal, necesitando en ocasiones varios análisis para el correcto diagnóstico), que afecta a pacientes predominantemente de la sexta y séptima décadas de la vida y que cursa con una sintomatología que asemeja una demencia, con trastorno de la marcha, incontinencia ocasional de esfínteres y diferentes grados de deterioro cognitivo.
Ante la sospecha clínica de hidrocefalia o deterioro neurológico, la realización de un TC o Resonancia Magnética determinará en la mayoría de los casos el diagnóstico de la hidrocefalia al observarse el aumento del tamaño ventricular, así como la causa (malformativa, tumoral, hemorrágica…). En neonatos una ecografía transfontanelar (a través de la fonatela que sólo está abierta en niños pequeños) también puede establecer el diagnóstico. En pacientes con Hidrocefalia Crónica del Adulto, si la sintomatología y las pruebas de imagen no son concluyentes, al tratarse de gente mayor con diferentes grados de atrofia cerebral o vasculopatía que puede simular el aspecto de una hidrocefalia, pueden ser necesarios más exámenes de dinámica del LCR, mediante la evacuación de LCR a través de una punción lumbar (en ocasiones puede asociarse un drenaje durante varios días) o midiendo la presión intracraneal en situaciones que normalmente la descompensarían (fase REM del sueño o infundiendo suero intratecal).
Tratamiento por endoscopia
Una vez se ha hecho el diagnóstico de hidrocefalia el tratamiento puede ser endoscópico, sobretodo en casos de hidrocefalia obstructiva, haciendo que el líquido que no circula por su conducto natural lo haga por otro camino que le fabricamos a modo de by-pass. En algunos casos que la endoscopia puede no ser efectiva o en casos de hidrocefalia en los que no hay obstrucción la alternativa terapéutica consiste en la derivación ventrículo-peritoneal en la que se evacúa el exceso de LCR mediante un sistema de catéteres que van desde la cavidad ventricular cerebral hasta el abdomen cuya presión es regulada por una válvula intercalada.