Hilos tensores
Los hilos tensores y de sostén, también conocidos como el lifting no quirúrgico del cuerpo y el rostro, es una de las técnicas que permiten, sin cortes ni suturas, sin internación ni anestesia, lograr un verdadero rejuvenecimiento del cuerpo y el rostro, preservando los rasgos y las características naturales de cada persona, que es lo que más preocupa a los pacientes, que quieren lograr un cambio sin perder la expresión y la belleza propias. Los hilos tensores requieren poco tiempo y se realiza en la consulta. Es una técnica de fácil acceso que posibilita tanto a médicos como a pacientes corregir las secuelas del paso del tiempo, recuperar la tonicidad de los tejidos sin necesidad de efectuar un procedimiento quirúrgico con un postoperatorio doloroso o que requiera la incomodidad de tener que parar las actividades de la vida diaria para la recuperación.
Está claro que los hilos tensores, en sus diferentes tipos y versiones, no necesariamente reemplazan a la cirugía pero sí está probado que son una técnica excelente que colabora en la recuperación de la tensión de los tejidos en forma inmediata y a largo plazo.
Los hilos están indicados en muchos pacientes como tratamiento de prevención para el avance de la flaccidez por su acción de anclaje, que puede retardar hasta en años o desechar finalmente la elección de un lifting quirúrgico.
Los hilos tensores pueden no estar indicados como técnica exclusiva de rejuvenecimiento en aquellos hombres ó mujeres con marcados signos de envejecimiento, con excesiva flaccidez en la piel y arrugas, pero igualmente aportan un gran efecto tensor, mejorando el contorno del rostro, realzando pómulos y glúteos para todas aquellas personas que no desean acceder al quirófano y recurren a técnicas no invasivas para verse y sentirse mejor. En estos últimos casos, donde la práctica quirúrgica no tiene lugar, los hilos tensores se abren paso como una opción intermedia de altísima utilidad, que puede ser complementada con la aplicación de toxina botulínica y otros productos de relleno facial.
En general los hilos que se aplican son de polipropileno, un material perfectamente biocompatible con el cuerpo humano, que también se utiliza para otras intervenciones cardiovasculares y oftalmológicas.
La técnica es sencilla y consiste en la introducción de los hilos bajo la piel con una aguja guía, diseñada especialmente para este fin. Cada hilo está provisto de pequeñas espículas que son la característica esencial que les permite anclarse en el tejido celular subcutáneo. Una vez introducidos, traccionan y se produce una natural estimulación de la estructura del tejido, obteniéndose así el efecto lifting en la zona tratada, ya sea el cuello, los pómulos, las cejas, los glúteos y brazos. Finalizada la intervención ya se observa el resultado, para los cambios definitivos se deben esperar de 2 a 3 meses para que los hilos se asienten en el tejido y se acomoden en sus efectos de anclaje. Como todo procedimiento estético, hay un riesgo mínimo de enrojecimiento e inflamación.