Hipertensión ocular: ¿cuándo se debe tratar?
La hipertensión ocular es una presión que se considera que está por encima de lo normal, (mayor de 21), pero no está produciendo, por el momento, ningún daño al nervio óptico. Según los especialistas en Oftalmología, un nervio es sano cuando su forma, su estructura y su funcionamiento son normales. La forma se aprecia explorando el fondo del ojo. Por otro lado, la estructura, es decir las fibras nerviosas, se valoran haciendo una OCT (tomografía de coherencia óptica). Y, por último, la función se evalúa realizando una campimetría computerizada.
¿Cuál es la causa de la hipertensión ocular?
Actualmente la causa de la hipertensión ocular es desconocida. Se cree que está relacionado con una alteración genética que provoca que haya cierta dificultad de salida del líquido intraocular (humor acuoso). Si este humor acuoso que se va formando continuamente en el ojo tiene algún problema para salir, la presión aumenta.
A veces la causa está relacionada con tener una córnea más gruesa de lo normal. Esto provoca que la presión que se mide sea superior a la presión real, porque cuesta más deprimir la córnea. Por otro lado, los corticosteroides en gotas o en pastillas también pueden provocar un aumento en la presión ocular.
Hipertensión ocular: síntomas
Como esta patología no afecta al nervio óptico, no presenta ningún síntoma. Para producir algún síntoma, como visión de halos de colores, cefalea o disminución de la visión, la presión debería aumentar mucho. Estos síntomas pueden aparecer cuando la hipertensión ocular está asociada a otras alteraciones oculares.
Tratamiento para la hipertensión ocular
Normalmente, la hipertensión ocular no requiere tratamiento. Hay evidencias científicas de que es aconsejable tratar aquellos casos en los que la presión intraocular es superior a 24. Sin embargo, es mejor adaptar la necesidad de someterse a un tratamiento a cada paciente. Si la persona afectada tiene antecedentes familiares de glaucoma o una córnea delgada, se tiende a tratar antes. Si alguna de las pruebas que se realizan para evaluar el nervio óptico se altera, se ha de someter al paciente a un tratamiento mediante una aplicación diaria de colirios hipotensores.
Estos colirios hipotensores pueden tener efectos secundarios. Es por ello por lo que la hipertensión ocular no se trata en todos los casos.
¿Hipertensión ocular y glaucoma?
Hay especialistas que prefieren llamar a la hipertensión “sospecha de glaucoma”, ya que la presión ocular alta es el mayor factor de riesgo para desarrollar glaucoma. Si la forma, la estructura o el funcionamiento del nervio óptico están alterados, se trata de un caso de glaucoma en lugar de hipertensión ocular.
Los pacientes con hipertensión ocular se deben realizar exploraciones periódicas para descartar que, con el tiempo, se desarrolle un glaucoma.
El nombre de personas afectadas por hipertensión ocular es 10 veces mayor que el de las personas que padecen glaucoma.