Hipospadias: ¿En qué casos se requiere una segunda intervención?
Las Hipospadias son una condición en la que la uretra no se forma en el extremo distal del glande del pene (como debería ser), sino que la uretra termina más abajo, ya sea a mitad del pene o aún más abajo.
El diagnóstico se realiza desde el nacimiento, por lo que el mejor momento para intervenir es a los seis meses, que es cuando los pequeños no se mueven tanto, lo que facilita el manejo de los tejidos durante la corrección. Algunas Hipospadias requieren más de un procedimiento, y este se realiza a los seis u ocho meses después del primero, para obtener resultados más cercanos a la normalidad genital.
Tipos de Hipospadias
Las Hipospadias se clasifica en distal, intermedia y proximal:
- Hipospadias Distales: se ubican en el extremo
- Hipospadias intermedias: se localizan a mitad del camino son de mejor resolución y menos complejas
- Hipospadias proximales: están más cerca del cuerpo del niño. Son de mayor complejidad
Las distales son las más frecuente, representan aproximadamente el 60-70% de los casos, mientras que las intermedias y las proximales el 30%.
¿Cuáles son los riesgos?
La Cirugía de Hipospadias se realiza con anestesia y conlleva con riesgos anestésicos mínimos gracias a los avances actuales. La clave del éxito está en la correcta operación, en el cuidado posoperatorio y en la cicatrización. Aunque las complicaciones son posibles, un alto volumen de Cirugías de Hipospadias reduce significativamente los riesgos, la más común es la aparición de una Fístula, pero implica una resolución completa.
Cuidados posoperatorios
Antes de la cirugía, los pacientes se someten a análisis prequirúrgicos y evaluación cardiológica.
La mayoría de las cirugías son ambulatorias, con un ayuno de pocas horas. Durante la recuperación, los niños deben tener colocada una sonda mínimo por 10 días. Las claves son:
- Cuidar la cicatriz
- Verificar que el niño no se manche con material fecal, ya que se puede infectar la sonda
Resultados y seguimiento
Es esencial que, después de la reconstrucción del pene, este tenga un tamaño adecuado y un aspecto saludable, además de estar recto. Es importante que la uretra, por donde sale la punta del pene, esté correctamente ubicada. En este proceso, se busca no sólo la funcionalidad sino también un buen aspecto estético. Para lograr esto, se debe minimizar la intervención en el tejido del pene para reducir la cicatrización y hacerla lo más imperceptible posible. A veces, se pueden dejar pequeños segmentos de prepucio o tejido, pero el objetivo claro es que el paciente tenga un aspecto favorable. La destreza del Cirujano es vital, y si la operación se realiza correctamente y se cuida adecuadamente, las Cicatrices apenas deberían notarse a lo largo de la vida del paciente.
A lo largo de los años, el tratamiento de las Hipospadias ha evolucionado. Antes, los pacientes necesitaban múltiples cirugías, incluso más de 20 o 30, para lograr tanto un buen funcionamiento como un aspecto estético. En los últimos 20 años, se han perfeccionado técnicas específicas para abordar las Hipospadias, y ahora hay más de 500 técnicas disponibles. Cada Urólogo maneja alrededor de 8 a 15 técnicas para corregir una.
Si la primera corrección es exitosa y no se requiere un segundo procedimiento, el seguimiento anual es suficiente. Sin embargo, si hay complicaciones o la necesidad de una revisión, generalmente se recomienda realizarla aproximadamente 6 meses después del primer procedimiento.