Implante de stent periférico: solución para la falta de riego sanguíneo
Un implante de stent periférico es una prótesis que se coloca dentro de las arterias para reestablecer el flujo de la sangre hacia los órganos afectados (generalmente extremidad inferior) por la falta de riego sanguíneo. El material con el que está hecho es una aleación, el nitinol o el acero.
Existen dos tipos principales de implante de stent periférico:
- El balón expandible, es un stent no apto para arterias situadas en zonas de movimiento.
- El stent autoexpandible, es más flexible pero tiene menos fuerza radial.
Hay otros tipos de stent periférico como el recubierto de fármaco de fabricación más sofisticada que inhibe la hiperplasia intimal provocada por el stent. Otro tipo menos común es el recubierto de PTFEE generalmente usado para patología aneurismática o para traumatismo.
¿Cuándo se realiza un implante de stent periférico?
Este tipo de tratamientos se realiza cuando las arterias están oblieradas o estenosadas. Se utiliza principalmente en la arteriopatia periférica, que provoca isquemia crónica. La isquemia crónica provocada por la oclusión arterial puede manifestarse en varios grados, desde dolor cuando el paciente camina, la llamada claudicación intermitente hasta la gangrena de la extremidad.
La técnica de implantación de un stent periférico es mínimamente invasiva, ya que evita tener que someter al paciente a una cirugía abierta (by-pass). Se practica generalmente con anestesia local y todo el procedimiento se realiza a través de un pinchazo sobre la arteria a partir de la cual se va a llevar a cabo el cateterismo.
Beneficios del implante de stent periférico
La principal consecuencia de implantar un stent periférico, es que se reestablece el flujo sanguíneo de la arteria al órgano o al miembro afectado. Esto provoca un cese de la sintomatología, ya que vuelve a llegar sangre oxigenada al tejido.
En los casos en los que la isquemia haya producido una lesión, la técnica permite la curación de la herida evitando así las terribles consecuencias que podrían tener lugar si no se revasculariza la extremidad; como podría ser la pérdida de la extremidad inferior afectada.