Incontinencia anal, una patología infravalorada
Sin lugar a dudas la incontinencia anal es una de las patologías digestivas que más altera la calidad de vida del paciente, no por su gravedad, sino por lo invalidante que puede resultar para quien la padece. Curiosamente los médicos le han dado poca importancia y muchos ignoran todavía las posibilidades diagnósticas y terapéuticas de las que se dispone en la actualidad.
Lo podemos definir como la pérdida repetida del control voluntario de la continencia anal que: no es incidental, puede ser para gases, líquidos o sólidos y se produce en individuos de más de 4 años de edad.
Se produce entre un 3 y un 7% de la población aunque la mayoría no acuden al médico por vergüenza o por desconocimiento de las técnicas actuales. Y es más frecuente en: mujeres, mayores de 65 años y con dificultades en la movilización.
Las causas que originan la incontinencia pueden ser varias:
-Alteraciones o pérdida de fuerza de los músculos o esfínteres del ano: después de intervenciones anorrectales (fisuras, fístulas, hemorroides), partos múltiples o difíciles, traumatismos y estiramiento de los nervios pélvicos (estreñimiento)
-Disminución de la sensibilidad rectal: por demencias, edad avanzada, lesiones medulares, accidentes cerebrovasculares y esclerosis múltiple
-Disminución de la capacidad rectal: por proctitis infecciosas, roctitis actinicas (después de radioterapia), enfermedad inflamatoria intestinal y algunos tumores rectales.
Las pruebas diagnósticas a realizar son las siguientes:
1. Historia clínica detallada del paciente.
2. Exploración física que incluya un tacto rectal.
3. Apoyo psicológico.
4. Ecografía endoanal para evaluar si hay lesión en los esfínteres.
5. Manometría anorrectal para valorar la función anorrectal.
Tratamiento
Según el tipo y la gravedad de la incontinencia existen varias posibilidades que pueden aplicarse de forma conjunta o bien de forma aislada.
-Dieta: aporte de fibra y agentes formadores de masa.
-Fármacos: Loperamida
-Biofeedback anorrectal
-Cirugía reparadora o bien protésica.
De todas ellas quizás la menos conocida es el biofeedback, que es una técnica nada molesta para el paciente que se realiza a través de un ordenador y mediante la cual se aprenden a realizar una serie de ejercicios para mejorar la fuerza de los esfínteres anales y posteriormente practicarlos en el domicilio.