Isquemia aguda: cómo detectarla y tratarla
Isquemia aguda y sus causas frecuentes
La isquemia aguda consiste en la interrupción repentina y brusca de aporte sanguíneo arterial a algún órgano o extremidad. Puede deberse a diferentes razones, si bien las causas más frecuentes de isquemia aguda son:
- Embolia arterial: se forma un coágulo que procede por lo general del corazón, debido a una valvulopatía o arritmia, y dependiendo del tamaño del mismo queda enclavado en alguna bifurcación del árbol arterial.
- Trombosis arterial: es la formación de un trombo en zonas ya previamente enfermas de las arterias por proceso arterioescleroso o isquemia crónica entre otras causas.
- Traumatismo arterial: se trata de una sección o lesión de la arteria por trauma directo, ya sea por la acción de un hueso en caso de fractura, por un arma de fuego, arma blanca, etc…
Síntomas de alerta de la isquemia aguda
El cese de flujo arterial va a provocar los siguientes síntomas, presentados en orden de aparición:
- Frialdad
- Palidez
- Dolor intenso
- Parestesias u hormigueos
- Subcianosis u obtención de tono azul en la zona
- Parálisis
- Anestesia
Es muy importante actuar rápido ante un caso de isquemia aguda: ante la aparición de los síntomas debe acudirse de inmediato a un Cirujano Vascular para obtener un diagnóstico de la enfermedad y proceder así a su tratamiento más indicado.
Cómo diagnosticar isquemia aguda
El diagnóstico de isquemia aguda se fundamenta básicamente en una exploración física con constatación de frialdad, asimetrías de temperatura, falta de pulsos o palidez.
El diagnóstico no invasivo de isquemia se da con la realización de un Ecodöppler, para constatar el estado y flujo de sangre de la arteria.
También puede realizarse un Angio-TAC o una Angio RMN, ya que con estas pruebas diagnósticas se obtiene un análisis global de todo el árbol arterial que permite planificar posteriormente un posible tratamiento.
Tratamiento adecuado para la isquemia aguda
En casos de embolia y traumatismo arterial se requerirá el tratamiento de Cirugía vascular, mediante técnicas de embolectomía con sonda-cateter de Fogarty, método que consiste en una incisión en la arteria para poder extraer el émbolo.
En los casos de traumatismo arterial, por lo general va a requerir una reparación mediante sutura directa o bypass, salvando así la zona lesionada.
En los casos de sospecha de trombosis arterial, cuando el paciente presenta antecedentes de claudicación a la marcha, gran número de factores de riesgo vascular como el hábito tabáquico, HTA o Diabetes, lo más prudente será, después de una exploración no invasiva orientativa mediante Ecodoppler, realizar una arteriografía armada con intención de tratar y cateterizar la arteria. Así, mediante técnicas endovasculares como guías, balones o stents, se puede solucionar la isquemia.
En aquellos casos que no se factible realizarlo mediante técnicas endovasculares poco invasivas, siempre se puede recurrir a la cirugía clásica derivativa tipo bypass mediante prótesis autóloga, es decir de vena propia, o heteróloga o de prótesis sintética.