La bomba de insulina, el páncreas artificial y el futuro en los tratamientos de la diabetes

La bomba de insulina, el páncreas artificial y el futuro en los tratamientos de la diabetes

Top Doctors
Escrito por: La redacción de Top Doctors
Editado por: TOP DOCTORS® el 04/04/2019

Las personas con diabetes están siempre pendientes de los avances en tratamientos, para vivir con diabetes con la mayor facilidad posible. La bomba de insulina y el páncreas artificial son los más conocidos actualmente.

La bomba de insulina

Está demostrado que con las bombas de insulina se mejora el control glucémico porque descienden de manera significativa la hemoglobina glicosilada, las oscilaciones de la glucemia, las dosis de insulina utilizadas y las hipoglucemias importantes. Con todo, mejoran la calidad de vida de los pacientes. Estas ventajas están comprobadas para todas las edades, en niños y lactantes también. Dicho así, parecería que todos los diabéticos tipo 1 deberían tener como tratamiento una bomba de infusión, pero no es todo tan sencillo como parece.

diabetes y el páncreas
Tener diabetes supone un cambio brusco en la planificación y hábitos de vida del paciente
 

Hay que tener en cuenta que con las bombas de infusión sólo se inyecta insulina de acción rápida (duración de 4 horas) y van conectadas al cuerpo por un catéter muy fino. Pues bien, si el catéter se acoda, tiene una burbuja, se desprende, etc., la insulina deja de pasar y se produce una cetoacidosis en 5 horas, por tanto, para que la persona pueda llevar una bomba tiene que hacerse un mínimo de 6 a 7 controles glucémicos diarios y aprender a manejar situaciones de todo tipo, saber contar raciones y tener amplios conocimientos de cómo actuar ante las circunstancias variopintas que el día a día presenta (ejercicio, fiebre, alcohol, etc.). Es decir, requieren un proceso de aprendizaje muy amplio y unas dosis de responsabilidad personal muy alta. Y no siempre el profesional tiene el tiempo ni los medios para llevar a cabo este tipo de tratamiento. Otro aspecto a tener en cuenta es el coste a corto plazo que suponen.

El páncreas artificial

Hay personas que piensan que las bombas actuales te inyectan la insulina ellas solas sin que intervenga el individuo. Y yo siempre les digo a mis pacientes: ¡No! las bombas que usamos “son tontas”, nosotros tenemos que programar la insulina que deben infundir. Pues bien, el páncreas artificial es una bomba que va más allá, son ya dispositivos “inteligentes” que calculan las dosis de insulina (y de glucagón) que debe inyectar en función de la glucemia en cada momento y, para ello, necesitan que el paciente tenga puesto también un sensor continuo de glucemia. Son ya una realidad y estarán comercializadas en poco tiempo.

Los problemas vienen en esos cálculos milimétricos que deben hacer estando el catéter del sensor y de la bomba, insertados en el tejido celular subcutáneo, y sabido es que con las oscilaciones glucémicas la glucemia sanguínea tarda un tiempo variable en reflejarse en el tejido celular subcutáneo. Eso es importante en las hipoglucemias, pues puedes tener una que se te haya producido de manera rápida y que no se refleje en el tejido celular subcutáneo con la rapidez que requiere la urgencia del caso y, por lo tanto, la bomba te siga lanzando insulina. Este tipo de problemas de seguridad son los que están complicando su puesta en marcha.  

El futuro

Si miramos hacia el futuro hay algo claro: las personas con diabetes están esperando un glucómetro que no te perfore el dedo…y por mucha publicidad que haya en este sentido, aún no se ha conseguido un medidor fiable. Ese será un paso muy importante y, no me cabe duda, que se conseguirá. Pero de momento los pacientes tienen que seguir haciéndose las glucemias y aprender a contar hidratos y grasas para ajustarse bien los bolos. La educación es la base del buen control, sin duda, y en los próximos tiempos seguirá siendo la clave.

El páncreas artificial es, en mi opinión, un paso infinito en el camino del tratamiento de la diabetes. Si se comercializa este año o el que viene… ya será ¡impresionante! Lo demás, quedará totalmente obscurecido. ¿Qué llegan de manera generalizada los glucómetros acoplados a los móviles?  ¿Qué todos los glucómetros cuenten con calculadores de bolos? ¿Qué se consigan sensores que duren más tiempo sin que haya que cambiarlos? ¿Mejorar la precisión de los aparatos? Son pasos también muy importantes que, sin duda, irán surgiendo poco a poco.  

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