La clonación de células para la medicina regenerativa
La revista Cell publicó el 15 de mayo de 2013 un estudio realizado por el equipo del Dr. Shoukhrat Mitalipov, de la Universidad de Ciencia y Salud de Oregón, en el que se demostraba por primera vez la clonación de células somáticas humanas mediante la transferencia de núcleos, con una técnica similar a la empleada por Ian Wilmut para crear a la oveja Dolly en 1996.
Mitalipov, además logró obtener cuatro líneas de células madre embrionarias a partir de los blastocistos generados mediante la clonación de las células somáticas, en este caso fibroblastos fetales humanos, que luego demostraron su pluripotencialidad generando diversos tipos celulares. Este hallazgo había resultado esquivo hasta ahora para el grupo de Mitalipov, que en 2007 ya lo había conseguido con células somáticas de macacos adultos.
El investigador ruso, radicado en EEUU, insiste en que su trabajo está orientado hacia el progreso de la medicina regenerativa, con los objetivos fundamentales de desarrollar modelos in vitro de enfermedades, así como de conseguir la diferenciación de tejidos de pacientes con enfermedades degenerativas, que luego podrían ser trasplantados al mismo paciente sin problemas de rechazo. La investigación no tiene ningún interés en la clonación reproductiva de humanos, sino que su objetivo fundamental es la terapia regenerativa. Existe aún un abismo entre el desarrollo de blastocistos mediante la transferencia de núcleos de células somáticas, como fuente de células madre embrionarias para la clonación terapéutica, y la posibilidad de transferir estos blastocistos a una mujer receptora, en una clonación reproductiva, puesto que la capacidad de generar células madre embrionarias no guarda relación con la capacidad de estos blastocistos para generar un individuo completo. De hecho, el equipo de Mitalipov, desde que consiguió la clonación de células somáticas de macaco adulto en 2007, lleva intentado la clonación reproductiva del macaco, sin conseguirlo hasta la fecha.
En nuestra opinión, el avance realizado por el equipo de Mitalipov es un paso importante para la investigación en la medicina regenerativa, que abre nuevas puertas para el desarrollo de terapias diseñadas específicamente para resolver problemas de salud que hasta ahora no era posible abordar.