La endoscopia terapéutica, nuevo tratamiento para problemas del tubo digestivo

La endoscopia terapéutica, nuevo tratamiento para problemas del tubo digestivo

Top Doctors
Escrito por: La redacción de Top Doctors
Editado por: TOP DOCTORS® el 08/06/2019

Problemas que tradicionalmente requerían de una operación quirúrgica, ahora se resuelven sin necesidad de ‘abrir’ al paciente.

La  endoscopia terapéutica como tratamiento

La endoscopia digestiva nace como un procedimiento diagnostico del aparato digestivo cuyo objetivo es “ver por dentro” aquellos órganos accesibles a través de los orificios naturales como la boca, nariz o el ano. Lo que empezó con la fibra óptica, ahora es vídeo; y lo que empezó siendo un método diagnóstico, ahora ofrece múltiples aplicaciones terapéuticas.

Estas pueden ser tan variadas e importantes como cortar una hemorragia por una úlcera duodenal o desobstruir con un stent un intestino taponado por un tumor. La endoscopia de urgencia permite diagnosticar la causa del sangrado y controlarlo con diversas técnicas (esclerosis, clipado, coagulación térmica, con gas argón, etc.) evitando operaciones urgentes cargadas de riesgo.

En definitiva, la endoscopia, además de ser un método para el diagnóstico de enfermedades como la úlcera o el cáncer, permite el tratamiento y resolución de patologías muy frecuentes. Los avances en el campo de la endoscopia han obligado a que algunos digestólogos se tengan que ‘super especializar’ en lo que ahora se denomina endoscopia terapéutica avanzada.

 

¿Cómo es una endoscopia?

La terapéutica actual más frecuente es la extirpación de pólipos (pequeños tumores de la mucosa intestinal que pueden evolucionar a cáncer), que es la base de la prevención del cáncer de colon. Podemos tratar eficazmente enfermedades como la acalasia, alteración del cardias que impide el paso de la comida del esófago al estómago; las varices que aparecen en el esófago, o cualquier estrechamiento del tubo digestivo que dificulte el paso de la comida o del contenido intestinal. Pero no solo accedemos al tubo digestivo, ya sea por la boca o por el ano, también nos podemos introducir en los conductos biliares y extraer cálculos o permeabilizar tumores que causan ictericia al obstruir la salida de bilis.

La patología más frecuente a tratar son los pólipos y su extirpación o polipectomía. Cuando se realiza una endoscopia del colon (colonoscopia) y el médico endoscopista identifica un pólipo, lo extirpa introduciendo a través del canal de trabajo del endoscopio el instrumental específico que permite abrazar el pólipo y cortarlo con una corriente eléctrica que coagula al mismo tiempo para evitar hemorragias, como un bisturí eléctrico. El pólipo se extrae y se remite al laboratorio para su análisis. Este procedimiento se puede repetir tantas veces como pólipos se hallen en la exploración.

 

Voy a realizarme una endoscopia, ¿qué debo saber?

La preparación depende de lo que se vaya a tratar. Como principio general, las intervenciones que se realizan por la boca (una polipectomía gástrica, la dilatación del esófago, el cierre de una úlcera, etc.) requieren que el paciente esté en ayunas al menos 6 horas para que no haya restos de comida que dificulten la visión o creen un riesgo de broncoaspiración. Cuando el abordaje es a través del ano, la limpieza del colon es fundamental y para ello hay preparados que se toman previamente y que lavan el intestino para que no haya restos fecales. Algunas de estas operaciones requieren una premedicación con antibióticos como cuando se coloca una prótesis en los conductos biliares, o la suspensión de alguna medicación que pueda tomar el paciente para que la sangre no coagule.

La endoscopia es una técnica invasiva en cualquiera de sus versiones y por lo tanto molesta y es desagradable. Por ello se realiza bajo sedación o anestesia para que el paciente se encuentre confortable y el endoscopista pueda resolver con eficacia y seguridad.

 

La endoscopia y sus riesgos

El objetivo del equipo médico que realiza la intervención (endoscopista, enfermera/o anestesista, etc.) es resolver el problema del paciente con eficacia, minimizando el riesgo de complicaciones y cuando éstas se producen, tratándolas de forma adecuada e inmediata.

En el tratamiento de pólipos, la complicación más frecuente es el sangrado que se produce a pesar de utilizar instrumentos que cortan y coagulan. Esa hemorragia se puede detener de forma inmediata sin necesidad de suspender la colonoscopia ni de dar opción a que el paciente pierda una cantidad significativa de sangre.

Otra complicación de cualquier cirugía endoscópica dentro del tubo digestivo es la perforación. Es una complicación que requiere una operación urgente para cerrar la perforación pero, actualmente, ya disponemos de técnicas de sutura a través del mismo endoscopio lo que permite la reparación in situ evitando intervenciones y facilitando la recuperación del paciente.

Gastroenterología