La enfermedad renal diabética o nefropatía diabética
La enfermedad renal producida por la diabetes se denomina nefropatía diabética. Es una enfermedad crónica y progresiva que se desarrolla en un tercio de las personas con diabetes. Los niveles de glucosa elevados en sangre afectan a los pequeños vasos de todo el organismo y también a los que forman parte de los riñones. Cuando estos pequeños vasos o capilares están dañados no funcionan correctamente afectándose su función, la filtración. Los productos tóxicos pueden acumularse entonces en la sangre, al mismo tiempo que otras sustancias necesarias como las proteínas son eliminadas por la orina de forma no adecuada. Si esto progresa, podemos llegar a la pérdida completa de la función de los riñones parándose el proceso de filtración.
Evolución de la enfermedad
El primer dato específico de que se están produciendo alteraciones en el riñón es la presencia de una proteína llamada albúmina en pequeñas cantidades en la orina. Esto alerta sobre la posibilidad de que los pequeños vasos sanguíneos que alimentan los riñones puedan sufrir daño si no actuamos. Existen fármacos que pueden prevenir y revertir el daño renal en fases iniciales.
Además de la diabetes, especialmente cuando está mal controlada, los factores de riesgo para la enfermedad renal son el tabaco, la presión arterial elevada y la historia familiar de enfermedad renal.
En las primeras fases del daño renal se puede tratar la hipertensión, mejorar el control de las cifras de glucosa y administrar fármacos específicos para la enfermedad renal del diabético. Si el daño renal avanza y la insuficiencia renal progresa, podemos llegar a necesitar tratamiento con técnicas de sustitución de la función de nuestros riñones, como la diálisis y el trasplante.
El sobrepeso y la vida sedentaria son factores modificables que pueden influir de forma clara en el inicio de una diabetes en personas predispuestas. Por tanto, son dos factores claros que pueden prevenirse.