La modificación genética de embriones supone progreso científico
La modificación genética de embriones es actualmente un tema polémico, que plantea un debate entre el progreso científico y los límites éticos. Pero la realidad es que para las técnicas de Reproducción Asistida, la modificación de embriones humanos puede significar un enorme progreso en conocimiento del desarrollo de los embriones.
Primera modificación genética de embriones humanos
En el Reino Unido se ha autorizado a un grupo de científicos británicos del laboratorio de Kathy Niakan en el Instituto Francis Crick de Londres, por primera vez a la modificación genética de embriones humanos con el fin de comprender mejor las fases iniciales de su desarrollo. La tecnología genética CRISPR-Cas9 es la que se utiliza, debido a su alto potencial para que los investigadores científicos puedan modificar prácticamente cualquier gen.
Opiniones de la modificación genética de embriones
Como suele pasar al presentarse la oportunidad de un avance científico que supone un cambio de paradigma, aparecen dos opiniones contrapuestas que tiran en direcciones contrarias: la fuerza del conocimiento y la fuerza del miedo y rechazo a moverse. En el caso de los embriones humanos, son todavía más las voces en contra de lo que califican como manipulación genética, asociándola incluso con la capacidad de ‘fabricar embriones a la carta’.
Con la modificación genética de embriones, lo que se pretende es conocer mejor el mecanismo que actúa en la implantación de los embriones, para poder así ver qué es lo que hace fallar la implantación de embriones en algunos casos. Hasta la fecha, se ha experimentado bastante con embriones en animales, pero se conoce muy poco sobre los genes de embriones humanos. Los científicos que desarrollarán estas nuevas investigaciones no podrán implantar los embriones en mujeres, ya que es ilegal.
En nuestro país está permitida la investigación con embriones desde la Ley de Reproducción Asistida del 2006. Pero en la práctica no existen proyectos de investigación en que se utilicen embriones que han sobrado de las técnicas de reproducción asistida, sino que estos se van acumulando en los bancos de las clínicas.
El progreso científico es un bien común
Es necesario que la ciencia progrese y se adquieran conocimientos para mejorar los tratamientos de fertilidad actuales y evitar abortos recurrentes. Además, se daría un destino digno a los millones de embriones que se encuentran acumulados en los centros de reproducción asistida.
En muchos casos, las opiniones en contra de la modificación de embriones se hacen en nombre de los valores éticos, los cuales en el mejor de los casos son particulares y no pueden hacerse extensivos a toda la sociedad.
En 1978 en Inglaterra nació la primera niña nacida por Fecundación In Vitro. El centro donde se realizó el procedimiento, Bourn Hall, no permitió al equipo científico de Robert Edwards que trabajasen en el hospital, y lo ‘relegaron’ a unas estancias más alejadas. Más adelante, en el año 2010, Robert Edwards recibió el Premio Nobel por su descubrimiento, y el centro hoy en día sigue haciéndose eco de su relevancia.
Con razón se suele decir que el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra. Y cientos de veces…