La respuesta de relajación como beneficio para la salud
La vuelta de las vacaciones es una ocasión muy buena para valorar la utilidad de la relajación; esto es algo que no sólo importa para las personas que sufren dolor, sino que es muy necesario para todos, en nuestra generalmente estresada, vida diaria.
La respuesta de relajación es un concepto descrito en los años 70 como una intervención cuerpo - mente que compensa los efectos fisiológicos causados por el estrés. Se puede entender como un estado físico de profunda calma, completamente opuesto a la respuesta de estrés. Sus estudios indican que disponemos de instrucciones para provocar ese reflejo de tranquilidad y que además, contamos con la capacidad de poder entrenarnos para lograrla, al tratarse de una respuesta natural del cuerpo.
Descansar, después de un día agotador en el sofá, leer un libro, escuchar música o dormir, no implica que se ponga en marcha la respuesta de relajación; esta actividad puede ayudar pero no permite eliminar por completo la activación producida por el estrés. No es lo mismo realizar actividades relajantes que activar la respuesta de relajación. Se requiere entrenamiento y práctica para poder activarla porque no es automática.
Practicar este ejercicio es muy beneficioso para las personas que tienen dolor crónico, dificultades para dormir, ansiedad, fatiga, enfermedades autoinmunes, dolor de cabeza o enfermedades por estrés, entre otras.
La práctica regular de técnicas que activen la respuesta de relajación, dificulta que el sistema nervioso simpático se altere cuando interpretamos que alguna situación nos pone en alerta o bien por factores externos. Como consecuencia, se produce un descenso de la presión sanguínea, de la frecuencia cardíaca y respiratoria y, al mantener nuestro cuerpo con una menor activación, se disminuye el riesgo de contraer enfermedades de tipo psicofisiológicas y psicológicas. Además, puede aumentar la capacidad para afrontar las situaciones difíciles de la vida diaria.
Una variedad de enfoques provocan la respuesta de relajación, entre los que se puede destacar: diversas formas de meditación (como la atención plena o el mindfulness), la relajación muscular progresiva, el Biofeedback, ejercicios de respiración, la imaginación guiada, hipnosis, visualización.
¿Cómo se activa la respuesta de relajación?
Los especialistas en Psicología proponen una técnica sencilla para activar la respuesta de relajación:
- Adopta una postura cómoda en un lugar silencioso y cierra tus ojos o bien dirige tu mirada hacia un punto fijo.
- Concéntrate en tu respiración (verificando que al inspirar abultas tu abdomen). Imagina que tienes un globo en el abdomen, al inspirar se llena de aire y al espirar se desinfla. Respira de forma tranquila, suave.
- Disminuye progresivamente la tensión de tu cuerpo, de pies a cabeza.
- Centra tu mente en repetir una frase corta o palabra cada vez que espires (puedes contar “uno” al inspirar y “dos” al espirar, o si prefieres, decir una palabra que te reconforte como “relax” o “paz”). Mantén esa palabra, no la cambies.
- Cuando tus pensamientos o tu dolor te distraigan, reconduce poco a poco tu mente hasta la frase o palabra para concentrarte.
- Al finalizar, abre tus ojos y cambia de posición poco a poco hasta levantarte.
- Practica diariamente entre 5 y 20 minutos. Convierte los ejercicios de respiración consciente en una parte de tu rutina diaria. Y, en momentos difíciles o desagradables, al concentrarte en la respiración, los retos podrán suavizarse.
Hay situaciones rutinarias de la vida que nos activan constantemente y si no disponemos de medios para afrontarlas adecuadamente, la tensión se mantendrá, pudiendo ocasionar lesiones en nuestro cuerpo.
Inicia tu entrenamiento y con constancia progresivamente podrás lograr los beneficios que representa la activación de la respuesta de relajación.