La vacuna contra la Varicela
Desde febrero de 2016 la vacuna contra la varicela vuelve a estar disponible en las farmacias españolas después de haber estado retirada durante casi tres años. Además, se ha introducido en el calendario oficial de vacunación para niños de 12 y 15 meses, grupos de riesgo y mayores de 12 años que no hayan padecido la enfermedad. Muchas familias carecen de información o tienen dudas respecto a la vacunación. Otras desconocen si su hijo está correctamente inmunizado porque no pudieron completar la segunda dosis por la falta de acceso a la vacuna.
¿Qué es la Varicela?
La varicela es una enfermedad infectocontagiosa muy frecuente, sobre todo en la infancia, que se caracteriza por un exantema vesiculoso muy típico que permite el diagnóstico clínico. Se produce tras la infección primaria por el virus varicela-zóster. Los humanos es el único reservorio. El contagio es fundamentalmente directo, a través de las gotitas de Pflügge emitidas por los enfermos o por contacto con las lesiones cutáneas. La contagiosidad es muy elevada y el periodo de contagio se extiende desde 1-2 días antes de la aparición del exantema hasta unos 5-7 días después del mismo. Su curso clínico suele ser benigno, pero en un 2 - 6% de los casos puede causar complicaciones importantes. Si la enfermedad se produce durante el embarazo puede afectar al feto ocasionando malformaciones congénitas o varicela en el recién nacido, incluso a veces de curso muy grave. El tratamiento etiológico, cuando está indicado, no siempre es efectivo. De ahí la importancia de la vacunación para la prevención primaria de la enfermedad.
La vacuna contra la varicela
La vacuna contra la varicela es de virus atenuados. La vía de administración habitual es subcutánea, en la región anterolateral externa del muslo en niños pequeños y en la región deltoidea en niños mayores, adolescentes y adultos. En general es muy segura y bien tolerada. Las reacciones adversas son generalmente leves y se presentan con una frecuencia que oscila entre el 5 - 35% de los vacunados. Las más frecuentes son reacciones locales en forma de dolor, enrojecimiento o hinchazón. Los efectos sistémicos son fiebre y exantemas leves que aparecen entre los 5 y 30 días siguientes a la vacunación. Entre un 3 - 5% de los niños vacunados tienen exantema localizado con escasos elementos máculo-papulosos más que vesiculares en la proximidad del lugar de la inyección. Otro porcentaje similar puede presentar un exantema generalizado. En adolescentes y adultos la frecuencia de reacciones exantemáticas puede ser algo más elevada, sobre todo tras la primera dosis. A efectos prácticos se considera que es una infección natural previa a la vacuna cuando el exantema variceloso aparece en los primeros 15 días tras la vacuna; varicela vacunal cuando aparece entre los 16 y 42 días; y varicela moderada en individuos vacunados, si aparece después de 42 días tras la vacuna. Es muy raro que los niños sanos vacunados transmitan el virus a los contactos susceptibles. La transmisión ha ocurrido solamente cuando la persona vacunada desarrolla exantema. La incidencia de herpes zóster es menor con el virus vacunal que con el virus salvaje. En conjunto se estima que la incidencia de herpes zóster en niños vacunados es de 4 a 12 veces menor que la de niños no vacunados, lo que demuestra que el virus vacunal tiene menor capacidad de reactivación.
Eficacia protectora y número de dosis
En Pediatría la administración de una primera dosis induce seroprotección seis semanas después en el 85% de los niños entre 1 y 12 años y asciende al 99,5% tras la segunda dosis. En los mayores de 12 años y adultos la seroprotección tras la primera dosis es del 80% y del 98% tras la segunda dosis. Se estima que la efectividad de una dosis de vacuna en niños entre 1 y 12 años es del 80 - 85% para cualquier forma de la enfermedad y del 95 - 98% para varicela grave. Sin embargo, la protección contra la enfermedad con una sola dosis de vacuna va disminuyendo con el tiempo y especialmente después de 5 años. Por ello, es necesario administrar dos dosis de vacuna para obtener la máxima eficacia protectora, la primera a los 12 y 15 meses y la segunda entre los 2 y 4 años de edad.
Indicaciones y contraindicaciones
La vacuna contra la varicela está indicada de forma sistemática en personas susceptibles de edad igual o superior a los 12 meses. También en individuos susceptibles que han estado expuestos a la varicela, ya que la vacunación dentro de los 3 y 5 días posteriores a la exposición puede prevenir una infección clínicamente aparente o modificar el curso de la misma. En estos casos la pauta recomendada es de dos dosis separadas por un intervalo mínimo de un mes. La vacuna también puede utilizarse en determinadas inmunodeficiencias en las que, tras una evaluación individualizada, se valore que el beneficio supera al riesgo.
Respecto a las contraindicaciones, además de las generales de las vacunas (reacción anafiláctica a dosis previa, hipersensibilidad grave a algún componente de la vacuna, enfermedad aguda grave) deben señalarse: inmunodeficiencias congénitas (celulares o mixtas) e inmunodeficiencias adquiridas (leucemias, linfomas y tumores malignos) en fase activa de la enfermedad; tratamiento inmunosupresor (hasta tres meses después de su finalización); tratamiento con dosis altas de corticoides (hasta un mes después de su finalización); infección por VIH con porcentaje de linfocitos CD4+ <15%; programación para transplante que no cumple las condiciones para ser vacunado; tuberculosis activa.
Vacunación en situaciones particulares
- Niños que han padecido la varicela antes de cumplir 1 año. La vacunación, independientemente del antecedente de haber pasado la varicela en el primer año de vida, refuerza la protección de aquellos que pudieran haber desarrollado una inmunidad incompleta, tras la infección natural en dicho periodo de tiempo, por la interferencia de los anticuerpos maternos recibidos a través de la placenta. No obstante, se pueden valorar los casos de forma individual, atendiendo fundamentalmente a la edad y a la seguridad del diagnóstico de varicela. Los lactantes de más de 6 meses de edad que sufren una varicela clínicamente clara, probablemente desarrollarán una inmunidad completa y duradera. Pueden ser considerados inmunes y, por tanto, omitir en ellos la vacunación. Los lactantes que padecen la varicela con una edad inferior a 6 meses y los menores de 1 año en los que la enfermedad sea leve o muy leve, de tal modo que su diagnóstico dé lugar a dudas, deberán vacunarse a la edad indicada con carácter general, sin tener en cuenta el antecedente citado.
- Niños que refieren el antecedente de varicela clínicamente muy leve y con poca seguridad diagnóstica a la edad de la vacunación estándar: deben ser vacunados según la pauta normal de dos dosis.
- Niños que han padecido la varicela (o un herpes zóster) con posterioridad a la administración de la primera dosis de la vacuna: no necesitan recibir la segunda dosis.
- Niños que, al llegar a la edad de la vacunación del adolescente susceptible (12 años) refieren haber recibido una sola dosis con anterioridad: deben recibir la segunda dosis.
- Embarazo. Tras la vigilancia de mujeres expuestas de forma inadvertida a la vacuna previamente o durante el mismo, no se ha descrito ningún caso de varicela congénita, por lo que se deduce que su capacidad teratógena es muy baja. No obstante, no se recomienda vacunar durante el embarazo, ni que la mujer quede embarazada en un mes tras la administración de la vacuna.