Las patologías anales más frecuentes y las hemorroides
A pesar de lo que se suele pensar comúnmente las patologías anales no se reducen a las hemorroides, aunque seguramente es lo primero que le viene a la cabeza a la gente. También debemos incluir entre los problemas más habituales la fístula y la fisura anal. Estas son las tres patologías más frecuentes a las que me enfrento como proctólogo, tanto es así que se calcula que alrededor del 40% de la población tiene algún tipo de problema en el ano.
Hemorroides, estadios y técnicas
Si nos centramos en las hemorroides , hay que aclarar que no todas se operan y que se clasifican en cuatro estadios. El primer estadio es aquel en el que las hemorroides simplemente sangran. El segundo grado es cuando ya prolapsan, es decir, cuando salen hacia afuera al defecar y se recolocan solas. El tercer estadio es cuando esa recolocación debe hacerse manualmente y en el cuarto es imposible colocar las hemorroides de nuevo en su lugar. De esos cuatro estadios, actualmente se operan sobre todo el tercero avanzado y el cuarto.
Para eliminar las hemorroides la técnica más utilizada sigue siendo la técnica abierta de Milligan-Morgan, con la que se obtienen unos excelentes resultados y se eliminan para siempre las hemorroides. Sin embargo, es una intervención que tiene un postoperatorio doloroso que debe tratarse con calmantes. Curiosamente, las heridas no cauterizan hasta los 20 días pero a partir de los diez días se acaba el dolor, probablemente, porque se produce una relajación de la zona.
También existen otros procesos como la ligadura con gomas elásticas, que se realiza de forma ambulatoria y que consiste en necrosar la hemorroide para que caiga a los tres o cuatro días, o el uso de sustancias esclerosantes.
La confusión con la fisura anal
Mucha gente acude a la consulta del proctólogo con dolor anal pensando que tiene hemorroides cuando, en contra de la creencia extendida, las hemorroides realmente no duelen. Si hay dolor es que el problema acostumbra a ser una fisura anal, que no es otra cosa que una contracción exagerada del esfínter interno que acaba causando una falta de riego sanguíneo que a su vez produce una úlcera.
Las causas más frecuentes de la fisura anal son el estrés, la angustia y también el estreñimiento crónico. Esta fisura anal puede solucionarse con una esfinterotomía, que consiste en una incisión que ayuda a relajar el esfínter con lo que se solventa para siempre el problema.