Láser para independizarse de la miopía, la hipermetropía y el astigmatismo
La visión nítida de los objetos depende de la adecuada potencia del sistema óptico del ojo. La córnea y el cristalino constituyen las dos lentes del sistema óptico del ojo encargadas de enfocar la imagen sobre la retina. Los especialistas en Oftalmología, afirman que cuando la potencia de este sistema es la adecuada, la imagen se focaliza exactamente sobre la retina, y se obtiene una visión clara.
Miopía, hipermetropía y astigmatismo
Cuando la potencia del sistema óptico de la córnea y el cristalino es mayor de lo normal, la imagen se focaliza por delante de la retina, y se obtiene una visión borrosa. Es el defecto llamado miopía. El problema contrario, es decir, un sistema óptico menos potente de lo normal, y por tanto, una formación de la imagen por detrás de la retina, ocurre en la hipermetropía.
En otras ocasiones, el problema reside en que la córnea no es una superficie perfectamente esférica, como una pelota de fútbol, presentando distintas curvaturas en su superficie anterior que hace que se asemeje más a una pelota de rugby. En estos casos también se obtiene una imagen distorsionada de los objetos: es el problema denominado astigmatismo. Con mucha frecuencia, este defecto va asociado a uno de los anteriores, es decir, la mayor parte de los ojos miopes o hipermétropes presentan también cierto grado de astigmatismo.
Todos estos problemas refractivos pueden corregirse eficazmente con una graduación adecuada, tanto en gafas como en lentes de contacto. Pero actualmente existe también la posibilidad de corregirlos mediante cirugía refractiva.
Cirugía refractiva con láser
La cirugía refractiva comprende diversas técnicas quirúrgicas desarrolladas para reducir la dependencia de las gafas o de las lentes de contacto. El propósito de todas estas técnicas es introducir una serie de cambios en el globo ocular con el objetivo de mejorar la focalización de la imagen en la retina sin necesidad de corrección, no para mejorar su agudeza visual.
Salvo algunas excepciones, la cirugía refractiva no es una indicación médica, por lo que la decisión de realizar la intervención queda en manos del paciente. El papel del médico se reduce a suministrar información objetiva y veraz sobre posibles riesgos y beneficios para que el paciente pueda decidir libremente, y a indicar la técnica más adecuada para cada caso, ya que cada una de ellas tiene sus indicaciones en función del grado de miopía o astigmatismo del paciente.
Para poder acceder a cualquiera de estas técnicas es requisito indispensable tener una edad superior a los 21 años, y que el defecto refractivo esté relativamente estable, sin variación en el último 1 año.
Técnica de la cirugía refractiva con láser
El Láser Excimer es una técnica que permite modificar la superficie anterior de la córnea mediante la acción de una luz invisible de alta energía. Al eliminar parte de las capas más superficiales de la córnea con dicha luz, se consigue disminuir la curvatura anterior de la córnea. El resultado final es una cornea más plana y, por consiguiente, con menor potencia óptica. Los rayos de luz forman ahora un foco más próximo a la retina, con lo que se reduce o elimina la necesidad de gafas o lentes de contacto para obtener una visión útil.
El Láser Excimer está indicado en:
- Miopías bajas y moderadas, es decir, inferiores a las 7 dioptrías
- El astigmatismo, hasta 4 dioptrías
- Las hipermetropías inferiores a las 4 dioptrías
El procedimiento quirúrgico empleado se denomina LASIK. En él, se realiza un corte horizontal sobre la córnea con un láser especial denominado de FEMTOSEGUNDOS. Con este láser se realiza la resección incompleta de un lentículo corneal, de modo que dicho lentículo pueda ser evertido como si de las tapas de un libro se tratase, actuando la zona de unión a modo de bisagra. Sobre la córnea restante se realiza una eliminación de tejido (fotoablación) con otro tipo de Láser Excimer para corregir el número de dioptrías deseado, tras la cual se coloca nuevamente el lentículo en su lugar original, donde queda firmemente adherido tras secarse cuidadosamente sus bordes, sin necesidad de sutura alguna.
La intervención, que dura unos 10 minutos, se realiza de forma ambulatoria y con gotas de anestésico tópico. Tras la operación puede existir cierta visión borrosa y sensación de cuerpo extraño, cuya duración no suele exceder las 24-48 horas.
Generalmente, en 24-48 horas se recupera una visión útil que permite realizar una vida prácticamente normal. No obstante, la máxima visión que se puede alcanzar puede tardar entre 1 y 3 meses en lograrse, dependiendo de la magnitud del defecto inicial. Habitualmente, la visión lejana se recupera antes que la cercana.
Riesgos de la cirugía refractiva con láser
Las posibles complicaciones que pueden aparecer son: corte anómalo del lentículo corneal, infección corneal, inflamación corneal, y la hiper o hipocorrección no deseada. La más grave, aunque excepcional, es la infección corneal. Dichas complicaciones son raras.
En ocasiones puede suceder que, en situaciones de baja luminosidad, al dilatarse la pupila se sobrepase el tamaño de la zona óptica tallada por el Láser. Ello puede hacer que el paciente experimente deslumbramiento o halos alrededor de las luces, más intensos durante el posoperatorio inmediato, que suelen mejorar con el paso del tiempo.