Lipoescultura, técnica diferente a liposucción
La lipoescultura es una técnica que aspira depósitos de grasa localizados entre la piel y el músculo de distintas zonas del cuerpo y los reinyecta donde se necesita para definir mejor los contornos corporales.
El proceso consiste en el uso de una cánula que se inserta a través de la piel mediante una pequeña incisión en la zona que se desea tratar y va eliminando la grasa localizada de la zona seleccionada. Finalmente, ésta se purifica antes de ser reinsertada.
A pesar de que habitualmente se utilizan ambos términos como sinónimos, presentan una serie de diferencias, como vamos a ver a continuación. Cuando la grasa extraído no se reinyecta, como sí ocurre en la lipoescultura, entonces estamos hablando de liposucción.
En esta último se trata de extraer un mayor volumen de grasa con cánulas de mayor grosor; en cambio, en la lipoescultura se extraen depósitos de grasa más pequeños para reinyectar y las cánulas son más finas.
Tipos de lipoescultura
La lipoescultura tradicional con cirugía es la técnica más eficaz y con la que se obtienen los resultados más visibles y duraderos. Requiere anestesia local o sedación según la zona a intervenir y se realiza de forma ambulatoria. Las incisiones de esta intervención son mínimas, y el postoperatorio, sencillo. Por otro lado, en la lipoescultura sin cirugía se combinan otras técnicas como la cavitación o la radiofrecuencia.
Quién someterse a una lipoescultura
Hay que matizar que no es una técnica para perder peso, sino para remodelar el contorno corporal. Es por eso que es fundamental que la cirugía se realice en pacientes sanos que tengan expectativas realistas acerca de los resultados. Éstos deberían estar motivados a adoptar formas de vida más saludables, dietas equilibradas o ejercicio regular que ayuden a que estos resultados perduren a largo plazo.
Pacientes obesos o con patologías añadidas no deberían someterse a una lipoescultura. Es importante también tener una piel elástica y sana para mejorar los resultados. Existe además un límite en el volumen de grasa que se extrae en una única intervención: no más de dos litros.