Lo que debe saber sobre la artrosis
La patología reumática que afecta directamente al cartílago de las articulaciones, produciendo su lesión, es conocida como artrosis u osteoartritis degenerativa.
El cartílago es el que protege a los huesos que forman las articulaciones, además de permitir que se muevan y formar parte de la cápsula articular, “saco” que cubre la articulación y que contiene la membrana sinovial. Todo esto conforma una articulación, cuya estabilidad depende además de los músculos.
Los músculos se insertan en la cápsula y el hueso periarticular a través de los tendones y los ligamentos.
Cómo empieza la artrosis
Cuando el cartílago de una articulación se deteriora y pierde la resistencia, hace que los huesos queden desprotegidos. De esta forma, rozan unos con otros cuando una persona se mueve, provocando que se inflamen y que se formen osteofitos (picos óseos en los huesos), e incluso a veces, derrame articular y deformación.
Qué causa la artrosis
No hay un motivo en concreto que provoque la artrosis, pero sí un conjunto de factores que hacen que sea más propensa a aparecer:
- Edad: la artrosis empieza a aparecer normalmente con la edad, generalmente a partir de los 40 años, debido al envejecimiento articular.
- Obesidad.
- Actividad laboral/cotidiana.
- Predisposición hereditaria.
- Ejercicio físico, tanto la falta como el exceso del mismo.
Síntomas de la artrosis
- Dolor: es el síntoma principal de la artrosis. Tiene lugar cuando se mueve la articulación afectada. Si la artrosis está avanzada, puede producir dolor incluso en reposo.
- Rigidez en las articulaciones cuando se mueven después de un tiempo en reposo, y va mejorando conforme se van moviendo.
- Limitación de las funciones de la articulación: con la pérdida del movimiento, la musculatura se acaba atrofiando, lo que provoca que se forme hueso en los extremos, y con ello, la deformación de la articulación.
¿Cuáles son las articulaciones más afectadas por la artrosis?
Por lo general, las articulaciones que tienden más a sufrir artrosis son aquellas que se mueven más y soportan más peso: hombros, columna cervical y lumbar, dedos de las manos, caderas, rodillas y la articulación del primer dedo del pie.
Diagnóstico de la artrosis
- Se recoge la historia clínica del paciente: antecedentes, actividad física, síntomas, y exploración de las articulaciones afectadas.
- Radiografía simple para detectar los posibles signos radiológicos de artrosis, aunque esto se detecta a través de esta prueba mayormente cuando la artrosis es avanzada.
- Artrocentesis: se extrae y analiza el líquido sinovial de la articulación, que a su vez sirve para paliar el dolor.
- Análisis de sangre y orina que descarten posibles enfermedades con síntomas similares a la artrosis.
Tratamiento de la artrosis
El tratamiento de la artrosis tiene como objetivo paliar el dolor del paciente y que a su vez pueda disponer de capacidad funcional. Para ello, existen tratamientos físicos, medicamentos y cirugía (en los casos en los que sea necesaria).
Tratamiento físico de la artrosis
Desarrollo de ejercicio físico y tareas físicas de forma intermitente que mejoren la movilidad articular y potencien la musculatura.
- Aplicación de calor y frío en la articulación.
- Utilización de férulas y/o sistemas ortopédicos que disminuyan la sobrecarga.
Medicamentos para la artrosis
Generalmente, los especialistas en Reumatología recetan medicamentos que alivien los síntomas de la artrosis. Estos pueden ser:
- Analgésicos, para combatir el dolor. Estos se pueden aplicar también de forma tópica sobre la piel de la articulación afectada, con una pomada, crema o spray.
- Antiinflamatorios, para mejorar las molestias y la rigidez de las articulaciones.
- Artrocentesis cuando la articulación esté muy inflamada con el fin de extraer líquido articular y a su vez infiltrar corticoides.
- Sulfato de glucosamina y condroitín sulfato para nutrir el cartílago de la articulación, aliviando los síntomas y retrasando la evolución de la patología.
Cirugía de la artrosis
Cuando la artrosis es avanzada en el paciente, llevándolo a la incapacidad, se puede realizar una cirugía con el fin de aliviar el dolor, corregir deformidades y hacer que la persona recupere la mayor función posible.
Pronóstico de la artrosis
La artrosis no se cura pero sí se pueden aliviar los síntomas y retrasar la evolución de la enfermedad. Es una enfermedad crónica que se va manifestando a lo largo de los años, no tiene por qué ser progresiva y permite a quien la padece llevar una vida normal.
La evolución de la artrosis tiene lugar mediante brotes, de forma que los síntomas no siempre tienen la misma intensidad.