Lo último para tratar el Alzheimer: ¿qué hay de nuevo en los tratamientos?
Nuevas pruebas y medicamentos se vislumbran en el horizonte para tratar esta enfermedad que busca dar certezas a los pacientes y sus familias, con un panorama esperanzador.
DESCUBRIENDO NUEVOS TRATAMIENTOS
Hay procedimientos dirigidos a las congregaciones de la proteína beta amiloide (placas), características de la enfermedad, ya que se sabe que en la medida en que mueran las células, el Alzheimer progresará sin límite, así que ciertos tratamientos pueden aumentar el rendimiento de las sustancias químicas en el cerebro para transportar la información de una célula cerebral a otra, pero estos tratamientos a veces no pueden detener el deterioro natural y la muerte de las células cerebrales. Por eso se debe:
- Poner énfasis en los anticuerpos monoclonales, pueden evitar que la beta amiloide se acumule en placas o, bien, contribuye a que se elimine del cerebro. La función primordial de esos anticuerpos es imitar a los anticuerpos naturales que se producen como respuesta del sistema inmunitario a mecanismos externos
- Evitar la destrucción celular, ya que un grupo de investigadores descubrieron otra proteína llamada Fyn que interactúa de manera con la beta amiloide y al combinarse provoca una destrucción masiva de las conexiones celulares (sinapsis).
- Darle más atención a la proteína Tau, porque se colapsa el sistema de transporte vital de las células cerebrales cuando esta proteína forma una especie de laberintos, lo que conduce a la confusión y la pérdida de memoria, anomalía cerebral frecuente en el Alzheimer
Por eso, muchos tratamientos contra el Alzheimer tardan un poco en ver la luz, lo que puede ser un tanto contraproducente en el ánimo de los pacientes que sufren con esta enfermedad. Varios de los procedimientos sólo mejoran parcial o temporalmente los síntomas
NUEVA LUZ SOBRE OTROS FÁRMACOS
El Alzheimer causa inflamación crónica y los investigadores estudian la forma de tratar los procesos inflamatorios que se presentan. Por ejemplo, el sargramostim está en investigación porque puede estimular el sistema inmunitario y proteger al cerebro de proteínas dañinas. También se ha recurrido a la investigación de los efectos de la insulina en el cerebro, así como en el funcionamiento de las células cerebrales. Todos estos cambios están ligados con el Alzheimer. Pero no se ha podido determinar si es posible retrasar la progresión de la enfermedad.
Hoy, la Coalition Against Major Diseases (CAMD), ha formado una asociación para compartir datos de los diferentes ensayos clínicos sobre el Alzheimer para acelerar el proceso de desarrollo de nuevos fármacos. La CAMD también colabora con el Clinical Data Interchange Standards Consortium (CDISC) dedicado a crear estándares de datos. Bajo esta alianza, los creen que gracias a los estándares de datos y la información de más de 6,500 participantes del estudio podrán apresurar el desarrollo de terapias mucho más efectivas para combatir el Alzheimer.
Por otro lado, están las hormonas, especialmente los estrógenos usados al menos durante un año para tratar la menopausia precoz. Se demostró que pueden proteger el razonamiento y la memoria en mujeres con un mayor riesgo de padecer la enfermedad de Alzheimer. Aunque otros estudios se muestran contradictorios respecto al posible beneficio del estrógeno. Es por ello que es necesario seguir estudiando la relación entre el estrógeno y la función cognitiva.
Bajo todo este panorama los investigadores centran sus esfuerzos en los fármacos actuales para el riesgo de cardiopatías, es decir, estudian la acción de estos para ver en qué medida pueden ayudar a las personas con Alzheimer o si es posible reducir el riesgo de desarrollar la enfermedad. De igual manera han concluido que el estilo de vida juega un papel muy importante: alejarse del sedentarismo, consumir una dieta saludable y tener buenos hábitos de sueño sanos, pueden prevenir o retrasar la aparición del padecimiento.
Fuente: Mayo Clinic