Los efectos nocivos del consumo excesivo de sal
La sal es utilizada a menudo en la alimentación como condimento o de elemento conservador. Cerca del 10% de la sal que ingieren las personas occidentales proviene de forma natural de los alimentos, el 15% proviene de lo que se añade durante la elaboración casera de los alimentos y el 75% de lo que añaden las industrias alimentarias, que consiguen un mayor consumo con el efecto adictivo que tiene la sal.
Una gran cantidad de sodio en el cuerpo tiene efectos adversos sobre el músculo cardíaco o miocardio. De ese modo, el corazón deja de rendir favorablemente y se manifiestan enfermedades como infartos o insuficiencia cardíaca. Por otra parte, es básico para el organismo que el riñón funcione bien, ya que se encarga del filtrado y la depuración de la sangre. El aumento de sal puede provocar en este un deterioro que desencadene en cálculos renales. Además, el exceso en el consumo de sal también puede provocar retención de líquidos, enfermedades gástricas e incluso ictus o accidentes cardiovasculares.
Cómo reducir el consumo de sal
Es preferible comprar alimentos envasados y preparados cuidadosamente, por eso se recomienda mirar bien las etiquetas, ya que estas revelan la cantidad de sodio que contiene el producto. También es recomendable comprar aves de corral frescas y congeladas y tener cuidado con los condimentos, en general, las salsas envasadas acostumbran a tener un alto contenido en sodio. Por otra parte, se pueden comprar verduras en las que se especifique que no se ha añadido sal y congeladas sin salsas saladas.
Al preparar los alimentos es más saludable usar cebollas, ajo o hierbas, entre otros, para aportar más sabor a los alimentos. En cuanto a las legumbres, tener especial cuidado en escurrir y enjuagar las que vienen enlatadas, así como en las verduras. Por otra parte, también es recomendable cocinar el arroz, la pasta y los cereales sin sal, además de cocinar al horno, a la parrilla o salteado. Por último, se aconseja incrementar el consumo de potasio con verduras, patatas, yogur, naranjas y melón porque ayuda a contrarrestar los efectos del sodio, además de a bajar la presión arterial.
En los restaurantes hay que pedir cómo se quiere que se prepare la comida, que no se le añada sal adicional y siempre se deben probar los alimentos elaborados en casa antes de agregarles más sal.
Como se ha dicho anteriormente, el consumo de sal provoca adicción en los humanos, del mismo modo que si se reduce este consumo la dependencia y el apetito por esta disminuye. Al reducirlo, al cabo de unos días se puede empezar a apreciar el verdadero sabor de los alimentos y las papilas gustativas empiezan a acostumbrarse. En el mercado pueden encontrarse sustitutos del sodio como el potasio.
La reducción de sodio requiere la acción y apoyo de proveedores de atención médica, organizaciones profesionales, agencias de salud pública y gobiernos e industria alimentaria. En este sentido, algunas de las acciones de la Asociación Americana del Corazón y la Sociedad Española de Cardiología son: alentar a los fabricantes para reducir la cantidad de sodio en los alimentos, abogar para que estos sean saludables, como que las frutas y verduras estén disponibles y accesibles a todo el público y proporcionar a los consumidores herramientas educativas para hacer mejores elecciones en los alimentos.