Los mejores tratamientos para las hemorroides
La patología hemorroidal es un trastorno frecuente que puede disminuir significativamente la calidad de vida de los pacientes que la padecen.
Pese a ser una patología común, es fundamental realizar un diagnóstico correcto y una evaluación completa de la magnitud del problema para definir una correcta estrategia de tratamiento, por lo que una valoración por un especialista en Cirugía General y Proctología se presenta como imprescindible.
Dentro de las posibilidades de tratamiento, existen múltiples alternativas, ya que debe adecuarse el tratamiento al tipo y grado de las hemorroides, y sería un error plantear el mismo tratamiento de forma sistemática para toda la patología hemorroidal, independientemente del estado que presenten los pacientes.
Tratamiento quirúrgico de las hemorroides
Dentro de las opciones de tratamiento quirúrgico, destaca la ligadura hemorroidal con banda, también llamada Banding hemorroidal, indicada generalmente para hemorroides de bajo grado. Consiste en colocar una banda elástica en la base de la hemorroide para conseguir que se isquemie, es decir, que se elimine el flujo sanguíneo de la hemorroide, hasta que el tejido desvitalizado se desprende entre tres y siete días. Mediante este proceso, prácticamente indoloro, se puede tratar la hemorroide de forma ambulatoria (en la misma consulta), sin precisar preparación específica.
Otra técnica recomendable es la hemorroidectomía, que consiste en realizar una extirpación de las hemorroides afectadas. Es el tratamiento clásico de la patología hemorroidal y está indicada principalmente en hemorroides de mayor grado, en los que la ligadura hemorroidal podría resultar insuficiente.
Dentro de las técnicas más novedosas, destaca la desarterialización hemorroidal guiada por Doppler. Mediante esta técnica, se localiza con tecnología Doppler el aporte sanguíneo a la hemorroide y a continuación se sutura para excluir dicho aporte sanguíneo. Una vez realizada la sutura, se puede completar la intervención mediante otra sutura replegando la hemorroide hacia dentro para evitar el prolapso de la misma.
La ventaja principal de la desarterialización hemorroidal, es que, al no realizar extirpación de tejido, se puede disminuir de forma muy importante el dolor postoperatorio, por lo que se presenta como una técnica ideal en los casos en los que esté indicada.
En definitiva, existen numerosas alternativas en el tratamiento de la patología hemorroidal, por lo que es fundamental encontrar el mejor tratamiento adecuado para cada tipo de paciente.