Los puntos de activación de luz en el rostro
¿Cómo se aporta luz al rostro?
Cuando queremos aportar luz al rostro lo que debemos es saber captar exactamente cuáles son los puntos que apagan la cara. Esos puntos suelen ser zonas coincidentes con pérdidas de volumen, generalmente por pérdida de grasa, y lo que vamos a tratar es de reposicionar ese volumen hasta donde se perdió y con ello, si conseguimos restaurar ese volumen inyectando sustancias naturales, lo que vamos a hacer es reproyectar esos planos perdidos y consecuentemente la luz volverá sobre ese plano proyectado. De forma que lo haremos de una forma paulatina y lo que vamos a conseguir por tanto es que desaparezca el aspecto de cara cansada.
¿Qué puntos son los indicados para iluminar?
Los puntos que llamaríamos puntos de activación de luz en la cara, generalmente, cuando una persona viene a consultar por cara triste, cansada y apagada, suelen ser los siguientes: los llamamos PAL, puntos de activación de luz, y vamos a distinguir cinco fundamentalmente. El primero coincide con la zona encima de la ceja, por eso lo llamamos punto supraciliar. Por tanto una restitución de volumen a este nivel conseguirá, no solo elevar la ceja y hacer que se reduzca la piel que cae del párpado, sino además dar luminosidad al tercio superior del rostro. En el segundo punto estaría justo coincidente con lo que sería el punto orbitomalar, que es ese pequeño surco que se va formando a nivel de la ojera. En el momento en el que lo restituimos su volumen vamos a conseguir proyectar, mejorar no solo la hidratación y todas esas pequeñas arrugas, sino que la proyección de luz sea ahora sobre un plano proyectado y no solo un plano hundido. El tercero sería el punto malar, el más importante del tercio medio de la cara, donde la proyección malar para evitar esa caida en la linea que llamaríamos el trazado de la lágrima va a conseguir por tanto una mejora a este nivel. El cuarto punto es la parte superior de lo que llamaríamos el surco nasogeneano o nasolabial, que sería este surco entre la nariz y el labio superior. A ese surco la tendencia antiguamente era rellenarlo, hoy día se entiende que se forma por la caída, por pérdida de volumen en el punto de proyección malar y por la sujeción de toda el área zigomática, lo que constituye la técnica del palo de hockey. Aquí lo que vamos a hacer es inyectar un pequeño bolo, concretamente de ácido hialurónico a este nivel, y conseguida la sensación de mejora a toda la zona del surco nasogeneano. Y el último sería en la zona que está alrededor del mentón que llamaríamos PAL 5 o punto perimentoniano. Con cualquier proyección a nivel de estos cinco puntos trataremos de devolver la luminosidad a la cara.
¿En qué consiste el tratamiento y cuántas sesiones son necesarias?
El tratamiento consiste, por tanto, en devolver a esas zonas que han sido, que han quedado deprimidas, devolver la proyección a ese nivel. Para ello utilizamos la sustancia más natural que existe que es el ácido hialurónico. El elemento natural que tenemos en nuestra piel, que vamos perdiendo con el tiempo, y que lo que hacemos es una restitución de lo perdido. Para ello, intentamos inyectar con una microcánula, de punta redondeada para minimizar el riesgo de hematomas, entrando en un punto concreto, por ejemplo en el PAL 1, hablaríamos de entrar en el punto de cola de ceja, y haríamos unas trazantes radiales con el ácido hialurónico. Es la técnica denominada también como sol radiante. En el segundo caso entraríamos en un punto desde el pómulo para acceder a toda la zona de la ojera. Igualmente lo haríamos para el PAL 3, es decir, la zona del pómulo, la zona del surco nasolabial o la zona de alrededor de la barbilla. ¿Cuánto dura? Pues el ácido hialurónico es una sustancia natural que una vez inyectada depende de las necesidades que tenga cada piel, así se lo va a tragar igual que una planta tragaría el agua cuando la riegas, según sus necesidades. Generalmente el tratamiento se realiza en una sesión, con esto en cinco minutos devuelves la luminosidad a la cara y luego la duración, generalmente, puede estar alrededor de los cuatro, máximo seis meses.
¿A partir de qué edad se recomienda?
El ácido hialurónico, al tratarse de una sustancia tremendamente natural, está recomendado a partir de cualquier edad, cualquier sexo y en cualquier época del año. Si bien es cierto que las necesidades son más imperiosas a partir de los 30, 35 años, cada vez estamos viendo a edades más precoces y generalmente también lo realizan chicas muy jovencitas cuando incluso quieren mejorar problemas de cicatrices acnéicas, etcétera. Luego cualquier edad es buena para conseguir un efecto hidratante merced al ácido hialurónico.