Mamoplastia de reducción o cirugía de reducción mamaria
La mamoplastia de reducción o cirugía de reducción mamaria, es el conjunto de técnicas que tienen el fin de reducir el tamaño de la mama. Cabe destacar que este tipo de operación incluye implícitamente una remodelación del pecho. Se puede afirmar que la mamoplastia de reducción se basa también en conseguir unos senos más armónicos en relación con las características de la paciente.
Se trata de una intervención muy bien valorada por las mujeres ya que el resultado estético es muy bueno y las molestias y dolor que ocasionaba el volumen de pecho excesivo desaparecen tras la operación.
¿Cuándo es recomendable una reducción de pecho?
En casos donde el volumen del pecho es excesivo en relación a la anatomía de la paciente. Los factores más habituales que propician un pecho demasiado grande son:
- Un desarrollo abundante del tamaño
- Casos en los que no se ha reducido la mama tras el periodo de lactancia
- Mujeres con sobrepeso que afecta al tejido mamario
En cualquier caso, el paciente lo que busca es reducir el volumen para acabar con una serie de molestias como dolor de espalda y de cuello, dificultad para realizar ejercicio físico e incluso trastornos a nivel psicológico.
¿En qué consiste una reducción mamaria?
El primer paso es el diagnóstico. Hay que analizar anatómicamente la mama que se va a intervenir estudiando sus dimensiones, posibles deformidades o distancia de la aureola y pezón. Una vez hecha la valoración de la mama, el cirujano plástico elegirá la técnica quirúrgica más apropiada en cada caso. Algunas son menos invasivas y permiten reducir un volumen moderado mientras que otras lo son algo más debido al gran volumen a reducir o el nivel de caída. Es importante en este punto, ponerse en manos de un cirujano plástico experto en este campo, ya que conocerá a la perfección todas las técnicas y sabrá seleccionar la mejor en cada caso. La intervención se realiza con anestesia general y suele durar unas 2 horas y media ó 3. La paciente permanece hospitalizada a causa de la anestesia general, pero suele recibir el alta en 24 horas.
Postoperatorio en la reducción mamaria
El postoperatorio no es doloroso. Además, las técnicas han avanzado hasta el punto que ya no se necesitan incómodos vendajes como años atrás. Actualmente, tras la operación, sólo se aplican apósitos en las cicatrices y un sujetador especial. Las cicatrices que quedan tras la cirugía son permanentes y lo único que se puede hacer es disimularlas pero no desaparecerán. Un buen cirujano plástico realizará las cicatrices lo más discretas posible y aconsejará a la paciente los procedimientos para que cicatrice de la mejor forma posible.
Fisioterapia postoperatoria en la mamoplastia
Para acortar el postoperatorio es recomendable recurrir a la fisioterapia, siempre en manos de profesionales especializados en este tipo de terapia. Consiste en una serie de ejercicios que permiten drenar manualmente toda la inflamación al sistema linfático para que las molestias postoperatorias duren el menor tiempo posible, y la paciente se pueda reincorporar antes a su vida laboral.
Revisiones tras una reducción mamaria
Como la mayoría de cirugías, la reducción mamaria requiere llevar cierto seguimiento y revisión. Durante el mismo, los cirujanos plásticos valorarán si la cicatrización ha sido buena y que su evolución a lo largo del tiempo sea correcta. También cabe destacar que la disminución mamaria es permanente pero, por supuesto, la mama puede cambiar con el paso del tiempo y modificar su forma o tamaño. Por ejemplo, ganar o perder peso o un embarazo pueden ser circunstancias que afecten al volumen de las mamas una vez operadas.
Embarazo y reducción mamaria
Una mujer operada de mamoplastia o reducción mamaria puede quedarse embarazada sin problemas, pero en la mayoría de casos no podrá llevar a cabo la lactancia materna. Esto se debe a que en la cirugía se cortan multitud de canalículos, que son los conductos por los cuales llega la leche materna al pezón.