Mioma uterino, ¿cuándo debes acudir al especialista?
Un mioma uterino es un tipo de tumor benigno que se desarrolla en la matriz o útero. El hecho de que se ubiquen en dicha región asusta. Sin embargo, si la paciente no presenta síntomas o molestias, no suelen intervenirse, al no representar riesgo de cáncer.
Qué es un mioma uterino y con qué frecuencia se dan
Los miomas uterinos son los tumores pélvicos más comunes en la mujer, y surgen de las células del músculo liso del miometrio, que es el músculo del que está formado el útero o matriz. Aparecen en la edad reproductiva y pueden estar asociados, o no, a síntomas o molestias. En general no son hereditarios pero en algunas mujeres se observa una tendencia familiar. Por otra parte, son más frecuentes en mujeres de raza negra, y las mujeres que nunca han tenido hijos tienen mayor predisposición a desarrollar miomas. No se encuentran en niñas ni en adolescentes.
Síntomas que provoca un mioma uterino
La mujer que tiene miomas podría presentar sangrado menstrual abundante o frecuente, reglas dolorosas y/o dolor pélvico, dolor a las relaciones sexuales o sensación de presión en el abdomen bajo. También pueden causar dificultad para embarazarse, y durante el embarazo, los que se localizan dentro de la cavidad uterina, pueden asociarse a abortos, desprendimiento de la placenta, interferir con el crecimiento del bebé o su adecuada colocación para el parto, o parto prematuro. Otras dificultades que pueden causar los miomas, sobre todo si son de gran tamaño, son pérdidas de orina o estreñimiento, al presionar la vejiga o el recto, dolor crónico y abultamiento del abdomen.
Sin embargo, una mujer que tiene miomas no siempre presenta molestias, todo depende de dónde estén localizados y su tamaño. En muchas ocasiones se diagnostican durante la exploración de una mujer sana y sin molestias que acude a hacerse una revisión ginecológica, o durante el embarazo, pero si la paciente presenta reglas abundantes y/o muy dolorosas, y anemia asociada, podría beneficiarse de tratamiento.
Cómo diagnosticar un mioma uterino
Habitualmente el mioma uterino se diagnostica durante el examen clínico en la consulta de ginecología, y se confirma su presencia con la ecografía vaginal o abdominal, aunque en ocasiones es necesaria la Resonancia Magnética Nuclear (RMN) para definir bien los órganos, en caso de crecimiento importante o cuando es necesario diferenciarlos de otro tipo de tumores. Otras pruebas útiles son la histeroscopia y la histerosalpingografia, que se recomendarían en base al problema de la paciente y bajo el criterio del ginecólogo.
Cómo abordar un mioma uterino y probabilidad o no de malignidad
Los miomas son siempre benignos, no está demostrado que tengan potencial de convertirse en cancerosos, pero ante cambios drásticos en el crecimiento de un mioma ya conocido, o algunas características de la exploración ecográfica, se suele realizar la RMN o inclusive recomendar la extirpación. Sin embargo, el cáncer de cuerpo uterino puede surgir en cualquier mujer con o sin miomas, aunque afortunadamente es de los más raros. En cualquier caso, cuando se extirpa un mioma siempre se revisa el tejido para descartar un cáncer oculto, incluso cuando tienen apariencia de benignos.
Actualmente los miomas uterinos se pueden tratar de muchas maneras, y puede evitarse el tratamiento quirúrgico en muchas pacientes, ya que suelen disminuir de tamaño y algunas molestias remiten de manera natural llegada la menopausia. No obstante, dependiendo de los síntomas, la localización y tamaño de los miomas, así como las necesidades de la paciente, puede ofrecerse su extirpación, tratamiento hormonal y tratamiento antihormonal. En general, no está indicado tratar a una paciente que no presenta síntomas.
En aquellas mujeres con dificultad para quedarse embarazadas es frecuente que se recomiende extirparlos. Si procede la extirpación, y hasta antes de que se presente la menopausia, siempre existe la posibilidad de que vuelvan a salir miomas (en caso de conservar el útero). Sin embargo, suele ser menos frecuente o de crecimiento menos exagerado a partir de los 35 años.
Como puede verse, las variadas manifestaciones de estos tumores benignos no tienen un tratamiento único y la decisión deberá ajustarse al perfil de la paciente, su edad, si ya ha tenido los embarazos deseados, y la presencia, intensidad y severidad de sus síntomas. Toda mujer portadora de miomas decidirá, bajo el consejo de su ginecólogo de confianza, tanto el tipo de tratamiento como el seguimiento que más se ajuste a sus necesidades y estado de salud.