Miomas uterinos, qué son y cómo tratarlos
Los miomas son tumores benignos de tamaño variable originados a partir de las células musculares que forman parte de la pared del útero. Hay distintos tipos de miomas y los síntomas dependen mucho de la clase de mioma uterino que sea. Respecto a los tratamientos, hay quirúrgicos y que no requieren intervención, además están surgiendo nuevos fármacos para tratar los miomas.
También se les conoce como fibromas o leiomiomas. Pueden estar situados por debajo del endometrio (revestimiento interno del útero), estos son los llamados submucosos, o pueden crecer por debajo de la cubierta externa del útero (subserosos) y crecer dentro de la pared muscular del útero (intramurales). Lo más frecuente es que sean múltiples y de diferentes tamaños.
Las manifestaciones clínicas dependen de la localización y el tamaño del mioma, pudiendo variar desde no producir ninguna molestia hasta producir síntomas importantes de sangrado o compresión de órganos vecinos.
Son tumores muy frecuentes en mujeres en edad reproductiva, de forma que se calcula que hasta el 70 % de las mujeres pueden presentar algún mioma y su frecuencia aumenta con la edad, especialmente a partir de los 35-40 años. Se desconoce la causa de su aparición, pero si se sabe que su crecimiento está influenciado por las hormonas sexuales (estrógenos y gestágenos), ya que su tamaño habitualmente se incrementa durante el embarazo y disminuye con la menopausia.
Como ya hemos comentado, muchos miomas no producen síntomas y son un hallazgo casual durante la revisión ginecológica. Los que producen síntomas comúnmente dan lugar a alteraciones del sangrado menstrual (irregular o prolongado, sangrado excesivo...), molestias a nivel pélvico, compresión de la vejiga (necesidad de orinar frecuentemente, p.ej.) o infertilidad.
Cómo tratar los miomas
El tratamiento de los miomas es muy variable y depende de múltiples factores, tales como la edad de la paciente, si desea o no tener hijos en el futuro, tipo y tamaño del tumor, la gravedad de los síntomas y el estado de salud de la mujer. Será el ginecólogo quien independice el tratamiento e cada caso. Si el mioma no da síntomas, en la inmensa mayoría de casos tan sólo requerirá una revisión periódica para controlar el tamaño.
Aunque el tratamiento clásico de los miomas ha sido el quirúrgico, en la actualidad existen diferentes opciones que permiten individualizar el tratamiento en función de las características de la paciente. Entre los tratamientos quirúrgicos están la miomectomía (extirpación del mioma conservando útero) y la histerectomía (tratamiento radical en el que se extirpa el útero).
Entre los tratamientos no quirúrgicos hay que destacar la embolización de las arterias uterinas y el tratamiento médico. En la embolización de las arterias uterinas se ocluyen los vasos que irrigan el útero inyectando pequeñas partículas o microesféras para detener el riego sanguíneo del mioma, lo que hace que sus células mueran y disminuya de tamaño. El problema de este tratamiento es que también compromete la fertilidad.
Fármacos para miomas
Recientemente han aparecido nuevos fármacos por vía oral para el tratamiento de los miomas que suponen un gran avance en el manejo clínico de la enfermedad. Se trata de los denominados MSRP (moduladores selectivos del receptor de progesterona), entre los que destaca el acetato de ulipristal. Actúan bloqueando el receptor de la progesterona selectivamente, con lo que consiguen disminuir el sangrado menstrual excesivo, mejora de la anemia y la calidad de vida de las pacientes. A su vez reducen el tamaño de los miomas mejorando los síntomas compresivos y el dolor pélvico.