Niños, mujeres, hombres y gota
La gota es una enfermedad que afecta tanto a hombres, como a mujeres y niños. Como explica el Dr. Eliseo Pascual Gómez, experto en el tratamiento de la Gota, en el que es considerado como el 5º Top Expert Mundial; las mujeres la sufren menos que los hombres. Los cambios hormonales juegan un papel importante en esta patología, ya que determinan los niveles de ácido úrico en sangre.
El ácido úrico tiene dos orígenes, uno interno originado en la degradación de los ácidos nucleicos (componente esencial de los genes), y tras la degradación de precursores presentes en los alimentos. Se elimina por el riñón; el 100% del ácido úrico que llega al riñón se filtra pero en su camino por los túbulos hacia el sistema urinario la mayoría se reabsorbe. Se trata de moléculas costosas de sintetizar y tras su reabsorción se reutilizan.
Los especialistas en Reumatología apuntan que los niveles de ácido úrico en sangre dependen del balance entre formación y excreción. En los niños la excreción es fácil y sus niveles de ácido úrico son bajos y no sufren gota. Durante la pubertad se producen cambios hormonales en los niños que determinan que los túbulos renales reabsorban más ácido úrico, siendo menor la excreción renal y subiendo los niveles en sangre. Los jóvenes pueden sufrir gota, aunque suele comenzar más tarde. Hipócrates dejó escrito que “Los hombres no padecen gota antes de iniciar su vida sexual”. Los cambios hormonales de la pubertad de las niñas incluyen una subida de estrógenos, que facilitan la excreción de ácido úrico por el riñón, y sus niveles en sangre durante su vida fértil son inferiores a los de los hombres. Las mujeres en esa edad no padecen gota, como también anotó Hipócrates: “Las mujeres no la sufren mientras menstrúan”. Tras la menopausia los estrógenos bajan, el riñón reabsorbe más ácido úrico y su nivel en sangre sube, sin llegar a alcanzar los niveles de los hombres. Pero a partir de este punto pueden sufrir gota, siempre con menor probabilidad que los hombres.