Nuevas terapias en el tratamiento de problemas de próstata
La próstata es un órgano exclusivamente masculino y cuya misión es aportar sustancias en el semen que acompañan a los espermatozoides. Con el paso del tiempo y probablemente en relación a un desequilibrio entre la testosterona y la dihidrotestosterona, se produce un aumento de su tamaño que conduce a síntomas en la vía urinaria.
En el 90% de los casos el aumento de tamaño de la próstata es de origen benigno y se denomina hiperplasia próstatica benigna, y solamente en el 10% de los casos tiene un origen maligno y es lo que llamamos cáncer.
Tanto la hiperplasia como el cáncer pueden producir problemas en el funcionamiento de las vías urinarias inferiores y generar síntomas como frecuencia urinaria, urgencia miccional, incontinencia e infecciones urinarias. También pueden generar problemas en el funcionamiento de los riñones e incluso llegar a la retención urinaria, con imposibilidad de vaciar la vejiga, lo que conllevaría el uso de una sonda vesical.
Afortunadamente, ha habido una revolución en los tratamientos para los problemas prostáticos en los últimos años.
Avances en el tratamiento de la hiperplasia benigna de próstata
El láser verde 180 es uno de los tratamientos más novedosos de la hiperplasia benigna de próstata (HBP). Consiste en convertir el tejido prostático en gas y así solucionar un porcentaje muy elevado de pacientes que tienen hiperplasia con síntomas obstructivos. El gran avance con las terapias láser es que se ha conseguido bajar la tasa de complicaciones y acortar la estancia hospitalaria, que actualmente se ha reducido a menos de 24 horas.
Avances en el tratamiento del cáncer de próstata
En el caso del cáncer de próstata, los avances son todavía mayores. La elección del tratamiento más adecuado depende del tipo de tumor y de las características del paciente.
Por un lado, las resonancias nos permiten identificar la lesión en la próstata y, por otro lado, la cirugía mínimamente invasiva permite extirpar la glándula prostática por completo, con una estancia hospitalaria en torno a los tres días.
Así pues, el aumento de la expectativa de vida y la alta frecuencia de este tipo de enfermedades nos asegura un futuro en el que todavía veremos muchos más avances y que seguro proporcionarán menos efectos secundarios y mejor pronóstico a los pacientes con este tipo de enfermedades.
Sin embargo, lo que realmente marca la diferencia entre la solución al problema o no, es un diagnóstico precoz que nos permita tratar el problema cuando aún no se han dañado estructuras vecinas. Por tanto, la recomendación de visitar al menos una vez al año al Urólogo a partir de los 50 años es cada vez más importante en nuestros días.