Obesidad infantil e hipertensión
La hipertensión puede empezar en los primeros años de vida, pues el riesgo de que los niños obesos tengan hipertensión se multiplica por cuatro en comparación con los niños de peso normal. Así lo ha demostrado un estudio presentado en las sesiones científicas del congreso sobre hipertensión que está celebrando la Asociación Americana del Corazón (AHA).
En concreto el trabajo ha seguido el crecimiento y presión arterial de 1.117 niños desde hace 27 años. Ahora, de aquellos niños, tienen hipertensión el 6% de los que contaban con un peso normal, el 14% de los que en su niñez tenían sobrepeso y el 26% de los que sufrían obesidad.
La relación entre obesidad infantil e hipertensión es clara. Por lo que la doctora Sara E. Watson, autora del estudio, ha recordado: “es importante que los pediatras aconsejen a sus pacientes sobre el riesgo de hipertensión arterial asociada con el sobrepeso, la obesidad y el estrés, y que una dieta saludable –incluyendo la reducción de la ingesta de sal y el ejercicio- puede ayudar a reducir este riesgo”.
Consecuencias de la hipertensión
En esta misma línea se ha pronunciado la doctora Empar Lurbe, que dirige un grupo de investigación sobre las consecuencias de la obesidad infantil en el Centro de Investigación en Red de la Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición (CIBERobn). Lurbe ha advertido además que “la hipertensión tiene una serie de repercusiones, tanto a nivel de los vasos sanguíneos como a nivel del corazón o a nivel del riñón”.
Lurbe también ha recordado que "se considera hipertensión cuando el niño tiene de forma continuada una presión sistólica y/o diastólica por encima del percentil 95 en relación a su sexo, edad y talla".