Obsesiones y compulsiones: así se manifiestan
Manifestar comportamientos determinados, como las obsesiones y las compulsiones, son síntomas característicos del Trastorno Obsesivo Compulsivo, pero ¿qué entendemos los psiquiatras cuando hablamos de obsesiones y compulsiones?
¿Qué son las obsesiones?
La psiquiatría define las obsesiones como pensamientos parásitos que reconocemos como propios, porque son pensamientos que aparecen en nuestra conciencia sin que los hayamos evocado y persisten pese a nuestro esfuerzo de deshacernos de ellos. Se dice también que son egodistónicos, porque nos generan malestar: tensión, ansiedad, temor, dificultades para concentrarnos, escrúpulos morales, duda, repulsión, etc.
Lo reconocemos como propios porque, pese a lo extraño de estos pensamientos, no los interpretamos como impuestos desde fuera (como puede ocurrir en las psicosis). Esta característica implica que, en general, quien padece este trastorno tenga una buena conciencia de lo patológico de este tipo de pensamiento.
Las compulsiones, consecuencia de las obsesiones
Las compulsiones son normalmente actos motores (aunque también pueden ser pensamientos como recitar una frase, canción, rezo, etc.). Lo que define una compulsión es su propósito, que es neutralizar el malestar provocado por la obsesión; ya que, mediante la compulsión, se alivia la tensión psíquica generada por la obsesión.
¿Cómo saber si padezco obsesiones o compulsiones?
Las obsesiones más frecuentes son las de contaminación, por ejemplo, la preocupación de haber adquirido gérmenes al tocar el pomo de una puerta. A estas les siguen las compulsiones de limpieza, como higienizarse de forma concienzuda las manos incluso con productos que pueden llegar a ser abrasivos.
En muchas ocasiones la relación entre obsesión y compulsión es más compleja ya que, entre ambas, puede que no se establezca ningúnn nexo lógico. Por ejemplo, un temor a atragantarnos si comemos alimentos con determinadas características (obsesión) y para neutralizarlo recurrimos a recitar mentalmente algunos números primos (compulsión). Otro ejemplo es el temor a poder morir por la noche (obsesión) si antes de acostarnos no encendemos y apagamos la luz cinco veces (compulsión).