"Ojo seco", una epidemia de nuestro tiempo
Muchos casos de ojos irritados y de conjuntivitis crónicas y alérgicas, incluso de fracaso tras cirugía de las cataratas o de la miopía, tienen en común el hecho de padecer un cuadro de ojo seco. Actualmente, en oftalmología contamos con tecnología y oftalmólogos especializados en esta enfermedad, que pueden ponerla de manifiesto y tratarla hasta su curación.
HAY UNA LARGA LISTA DE FACTORES QUE PREDISPONEN A SUFRIR OJO SECO:
• Ser mujer.
• Cambios hormonales (pubertad, menopausia y tiroides).
• Medicamentos (antidepresivos, estrógenos y colirios).
•Toxicidad química (rímel y máscaras faciales).
• Uso excesivo de lentillas.
• Enfermedades reumáticas y de la piel (acné y rosácea).
• Estrés crónico.
• Dieta desequilibrada (baja en omega 3).
En la mayoría de casos de ojo seco hay una lágrima de mala calidad, falta la grasa natural que segregan las glándulas de los párpados (glándulas de Meibomio). Es una lágrima que no lubrifica bien la superficie del ojo y no lo protege de la acción del aire, por lo que lo reseca y, a su vez, deteriora los tejidos, ocasionando las típicas molestias de escozor y sensación de arenilla. Actualmente disponemos de nuevas tecnologías que nos permiten diagnosticar la presencia de ojo seco, como el nivel de lípidos en la lágrima, su distribución y dinámica sobre el ojo, la osmolaridad y reacción inflamatoria y el análisis de las glándulas de Meibomio mediante interferometría óptica (Meibografia).
Los avances más importantes se han producido en el tratamiento. Disponemos de medicamentos más efectivos y, sobre todo, de la posibilidad de restablecer el funcionamiento de las glándulas de Meibomio, la película lágrima y de regenerar los tejidos dañados.
En Área Oftalmológica Avanzada, liderada por el Dr. Carlos Vergés, con más de veinte años de experiencia, somos pioneros en ojo seco, en su diagnóstico y tratamiento, disponiendo para ello de un equipo multidisciplinar con oftalmólogos, endocrinos, nutricionistas, dermatólogos y reumatólogos. El objetivo es tratar el proceso ocular y, al mismo tiempo, las causas que lo generan. Con este enfoque hemos conseguido superar el 90% de éxito en el tratamiento del ojo seco.