Ojo vago: ambliopía

La ambliopía, también conocida como ‘ojo vago’, es la pérdida parcial de la visión, ya sea de mayor o menor grado, en los ojos o en uno de ellos. Se desarrolla en edad infantil, y también es cuando se puede solucionar. Es por esto que es importante realizar controles de agudeza visual de cada ojo a los niños a la edad de 4 ó 5 años.

El estrabismo, el defecto refractivo y la catarata congénita son las tres principales causas de la ambliopía. La causa más frecuente es el estrabismo, que se produce cuando los ojos no están alineados en forma apropiada, y de esta manera el cerebro solo se estimula por el ojo que mira y evita el estímulo del ojo ‘torcido’. En el caso del defecto refractivo, el ojo con mayor defecto no provoca el estímulo más adecuado al cerebro y no tendrá una visión nítida. Por último, con la catarata congénita, el cerebro no recibe estímulo por uno o los dos ojos.

Cuando un niño tiende a desviar un ojo, a mirar la pizarra de lado, o a frotarse los ojos con frecuencia, son síntomas de padecer ambliopía. Cuando el niño presenta alguno de estos síntomas, además de guiñar los ojos al mirar cuando hay mucha luz, a quejarse de visión borrosa o acercar mucho los ojos al libro al leer, lo mejor es llevarlo al oftalmólogo e iniciar, si es preciso, el tratamiento.

El tratamiento del ojo vago es muy sencillo y barato. Los problemas se pueden solucionar mediante el uso de gafas especiales para corregir el defecto visual o con el uso de un parche en el ojo bueno para desarrollar la visión del vago. Otra de las medidas a tomar para atajar el problema de la ambliopía es emborronar el cristal correspondiente al ojo con buena visión para forzar al ‘malo’.