Ojo vago: causas, síntomas y tratamiento
La ambliopía, llamada comúnmente ojo vago o perezoso, es un trastorno ocular que se provoca cuando uno de los ojos tiene peor visión que el otro, de forma transitoria (que puede mejorar) o permanente. El ojo vago tiene diferentes grados dependiendo de la agudeza visual del ojo afectado, que se valora en una escala del 0 al 10 o en porcentaje.
Causas del ojo vago
La ambliopía afecta tanto a niños como a adultos, aunque los orígenes son totalmente diferentes. En el caso de los niños, las principales causas son:
• Estrabismo: desviación de la línea visual de uno de los ojos
• Anisometropía: gran diferencia entre las dioptrías de un ojo y del otro
• Enfermedades congénitas: de la retina o de la córnea, cataratas congénitas o, menos común, ptosis palpebral (parpado caído que tapa la pupila)
• Enfermedades cerebrales, tumores y lesiones congénitas de la vía óptica entre los ojos y el cerebro
En el caso de los adultos, las causas más frecuentes son:
• Traumatismos directos con pérdida de transparencia de los medios oculares
• Enfermedades o degeneraciones retinianas
• Accidentes cerebro-vasculares
• Tumores o enfermedades neurológicas (menos común)
Síntomas del ojo vago
El principal síntoma de la ambliopía es la pérdida de agudeza visual del ojo afectado, que los adultos notan perfecta y rápidamente, mientras que los niños tienen más dificultades para percibir el problema, ya que la visión de los dos ojos en conjunto puede ser buena.
Tratamiento del ojo vago
Si la causa del ojo vago es estrabismo, anisometropía, entre otros, se recomienda recurrir a un especialista en Oftalmología para someterse a un tratamiento, que puede ser médico o quirúrgico.
Aun así, el mejor remedio es la prevención a través de estudios precoces de los niños o con el tratamiento adecuado para cada adulto con el objetivo de evitar las causas, mediante el control de factores de riesgo cardiovascular y prevención de riesgos laborales y accidentes en general.
Por otro lado, la evolución de la ambliopía depende de dos factores:
• Precocidad y precisión del diagnóstico
• El tratamiento oportuno para cada caso