Operación de mamas tuberosas
Las mamas tuberosas son una alteración de la forma natural de la mama debido a una falta de desarrollo de su base. Esto se reconoce cuando la mama no tiene forma de semiluna a la altura de lo que se corresponde al aro del sujetador. La mama tuberosa puede tener distintos grados, pero en definitiva no es una mama redondeada, e incluso, en casos graves, presenta aspecto de tubo.
Este problema se debe a la formación de un anillo fibroso en la glándula mamaria que atrapa la piel. Esto es lo que impide la expansión de la glándula y, cuando la mama trata de crecer a pesar del anillo fibroso, se produce una areola grande, desproporcionada, o lo que se llama areola en “chupetón”.
¿Puedo conseguir un pecho redondeado y natural?
La mama tuberosa es una patología muy común que no debe tratarse como aumento de mamas convencional, ya que esto podría producir defectos permanentes en la forma que, en lugar de corregirse con el aumento mamario, se hacen más visibles, como el efecto de una lupa.
Aun así, en manos de un buen profesional, el diagnóstico de una mama tuberosa es claro y se realizará un abordaje quirúrgico completamente distinto. Su corrección consiste en redistribuir las estructuras mamarias para adaptarlas a una posición más armónicas en el tórax de la paciente. En muchos casos se tiene que implantar una prótesis mamaria que puede ser anatómica con el fin de compensar el defecto de la mama en la parte inferior. La intervención dura entre 2 y 3 horas, ya que es un trabajo laborioso que exige una reestructuración de toda la mama.
El objetivo es un resultado lo más natural posible, con una parte inferior redondeada y armónica que se consigue eliminando el anillo fibroso y redistribuyendo la glándula hasta cubrir al máximo la prótesis mamaria.