Osteoporosis de Tipo I y Osteoporosis secundaria
La baja densidad mineral del hueso y el deterioro del tejido óseo son los responsables de la osteoporosis. Esto provoca que aumente la fragilidad del hueso hasta un punto en el que no puede soportar las tensiones normales. Es entonces cuando peligra su estado e incrementa el riesgo sufrir fracturas.
Existen diversos tipos de osteoporosis divididos en dos categorías, Osteoporosis Primarias y Osteoporosis secundarias. En la Osteoporosis secundaria la pérdida del tejido óseo aparece a raíz de una enfermedad o del consumo de fármacos.
Por lo que se refiere a las osteoporosis primarias, son las más frecuentes, y se debe diferenciar entre aquellas que son resultado de una deficiencia de estrógenos (Osteoporosis de tipo I) o, consecuencia de la edad.
Tipo I o por falta de estrógenos
Con la menopausia disminuye la producción de estrógenos y éstos pierden su cómo encargados de la reabsorción del hueso de manera que consiguen disminuir la pérdida de hueso que se produce cuando el calcio en sangre disminuye. Esto no sólo ocurre durante la menopausia, aunque es lo más habitual, sino que cualquier situación que interrumpa la menstruación en la mujer, conlleva una pérdida de densidad ósea.
Los efectos más habituales son fracturas del hueso radio y fracturas por aplastamiento de las vértebras lumbares, lo que produce, por un lado, dolor lumbar o dorsal y, además, pérdida de estatura.
Este tipo de osteoporosis puede dar en los hombres si se produce una disminución de la producción de andrógenos. Pero esta situación es rara.
Osteoporosis relacionada con la edad
Suele aparecer en torno a los 70 años y afecta tanto en hombres y mujeres. Se produce porque se desajustan los procesos de destrucción y formación de hueso. Es por esto, que en estas edades son frecuentes las fracturas de cadera, aplastamiento y fracturas de las vértebras produciendo dolor de espalda, pérdida de talla, deformidad de columna y cifosis (joroba).
Aunque es cierto que se trata de un trastorno raro la osteoporosis juvenil puede aparecer también entre la población más joven. Afecta a mujeres y hombres si una causa clara aparente y se caracteriza por la pérdida del hueso trabecular.
En cualquier caso es recomendable cumplir una serie de rutinas que ayudan a la hora de reforzar la salud de los huesos. Esta tarea pasa a ser indispensable a partir de los 40 años, entonces es sumamente importante mantener un nivel de actividad física que promueva la salud ósea, asegurar un adecuado aporte dietético y completar estos cuidados con la exposición de la piel al sol, por el aporte vitamínico de vitaminaD.