Pandemia del COVID-19: ¿Cómo estás durmiendo estos días? Parte IV

Pandemia del COVID-19: ¿Cómo estás durmiendo estos días? Parte IV

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Escrito por: La redacción de Top Doctors
Editado por: TOP DOCTORS® el 12/01/2022

Artículo escrito por Dra. María Celia Daraio


Si está luchando contra una infección, su cuerpo necesita mucho descanso para sanar rápidamente, por ello, debe aumentar el tiempo total de sueño en dos horas.


Recomendaciones para dormir si está enfermo

Para lograr un buen sueño debe optimizar las condiciones de descanso, por ejemplo:

-       Use una cuña de cama o almohadas adicionales para mantener el pecho elevado para evitar congestión adicional y goteo posnasal

-       Dúchese por la noche para mantener su cuerpo fresco

-       Cree un mejor ambiente para dormir

-       Cambie la ropa y las sábanas con frecuencia para controlar la propagación de bacterias o virus


"Concéntrese en un sueño adecuado, manténgase hidratado y controle los síntomas para recuperarse", dijo el Dr. Medalie. "Durante este tiempo de incertidumbre, trabaje en lo que puede controlar: sus hábitos de sueño".


El sueño y la enfermedad

La Academia Estadounidense de Medicina del Sueño recomienda dormir de siete a ocho horas por noche. Un estudio del 2015 encontró un vínculo directo entre tiempos de sueño más cortos y un mayor riesgo de resfriado para adultos sanos de entre 18 y 55 años; específicamente, aquellos que duermen menos de cinco horas o entre cinco y seis horas tienen una mayor probabilidad de contraer un virus que aquellos que duermen durante siete horas por noche.


La ciencia es simple: una buena noche de sueño respalda la liberación y producción de citoquinas, una proteína que ayuda al sistema inmunitario a responder rápidamente a los antígenos, sustancias extrañas que provocan la respuesta inmunitaria del cuerpo.


Dormir es la mejor defensa

Los estadounidenses tienen un promedio de menos de siete horas de sueño por noche. Es una deficiencia aparentemente menor que las ocho recomendadas, pero pesa mucho. Perder tan sólo 16 minutos una noche podría dañar su funcionamiento cognitivo mañana, ya que cambiar los ritmos de sueño puede ralentizar o acelerar los relojes internos del cuerpo, lo que básicamente tiene el mismo efecto que no dormir lo suficiente. La fatiga, la irritabilidad y la confusión mental son síntomas de privación.


Digamos que duerme sólo cuatro horas por noche durante seis días seguidos. En 1999, investigadores de la Universidad de Chicago monitorearon a un grupo de 11 hombres jóvenes sanos que hicieron exactamente eso y descubrieron que esta privación crónica no sólo simula los efectos del envejecimiento, haciendo que el cuerpo desarrolle niveles más altos de cortisol, la hormona del Estrés, y sangre más alta, puede reducir a la mitad la cantidad habitual de anticuerpos de una persona joven y sana contra la vacuna de la Gripe.


Saltarse una noche de sueño puede dañar la memoria y el comportamiento sesgado. No sólo se sentirá peor física y mentalmente, los tiempos de reacción se desploman y las posibilidades de Depresión, Ansiedad y aumento de peso incrementan, ya que la pérdida de sueño interrumpe la ingesta y el gasto de energía.

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