¿Por qué es importante vacunar a los niños?
Las vacunas salvan vidas, evitan grandes sufrimientos y protegen a nuestros hijos. Vacunar es un acto solidario que evita la propagación de enfermedades a otros niños y a la colectividad. Sólo con esta técnica, se consigue la erradicación de enfermedades.
¿Cuándo debemos empezar a vacunar a nuestros hijos?
En España hay pequeñas diferencias de calendario entre las distintas comunidades autónomas, aunque la gran mayoría de vacunas son comunes en todo el Estado. En los centros de salud, los profesionales en Pediatría indicarán las pautas vigentes en cada zona.
No obstante, los pacientes pueden visitar la página web de la Asociación Española de Pediatría (AEP). Una vez allí, en el apartado de calendarios españoles de vacunación podrán visualizar dichas pautas. Lo habitual es iniciar la vacunación los primeros meses de vida del niño, e ir administrando las dosis paulatinamente cada 2 meses.
¿Existe algún tipo de vacuna no obligatoria y de la cual sería aconsejable vacunar a nuestros hijos?
No existen las vacunas obligatorias. La vacunación es un acto de libertad y responsabilidad individual y de los progenitores. Existen las financiadas o gratuitas y las no financiadas, en función de los presupuestos de cada comunidad nacional.
Todas las vacunas incluidas en el calendario oficial se administran de forma gratuita. Quedan fuera de este régimen la dosis frente al rotavirus y también, en algunas zonas, la del neumococo y la de la varicela, pues deben adquirirse en la farmacia por indicación médica.
Desde hace unos meses, se encuentra disponible en farmacias la vacuna contra el meningococo B. La Asociación Española de Pediatría (AEP) a través de su Comité de vacunas (CAV) recomienda su administración, ya que esta enfermedad tiene una mortalidad del 10% y ocasiona secuelas graves hasta en un 25% de los casos.
¿Las vacunas producen efectos secundarios?
Las vacunas son medicamentos muy seguros, pues son sometidas a estudios estrictos antes de poder administrarse a la población y siguen siendo vigiladas incluso una vez comercializadas. No obstante y como todos los medicamentos, pueden producir efectos secundarios que por lo general son muy leves (dolor en la zona del pinchazo, fiebre o incluso sarpullido).
De modo excepcional, una dosis puede desencadenar reacciones graves en personas alérgicas a ese preparado o con otro tipo de circunstancias especiales. Por este motivo se recomienda la administración por profesionales sanitarios y una permanencia en el centro de entre 15-20 minutos tras la inyección.