Problemas de próstata y su prevención
La próstata es una glándula sexual situada en la uretra posterior del varón, cerca de la vejiga urinaria, cuya función es contribuir a la formación del plasma seminal y, sobre todo, prevenir infecciones del tracto seminal masculino. Pero la próstata suele ser el origen de numerosos problemas de salud entre los varones. Aunque no podemos generalizar y, evidentemente, no todos los hombres sufrirán trastornos de próstata durante su vida. Probablemente una pequeña proporción de hombres jóvenes padecerán procesos inflamatorios e infecciosos, mientras que una parte importante de adultos necesitarán seguimiento para diagnóstico y tratamiento de un posible cáncer de próstata y, finalmente, un alto porcentaje de hombres que alcancen la edad adulta necesitarán tratamiento para frenar la progresión de la hiperplasia prostática benigna (que afecta a la mitad de los varones de 60-70 años) o para solucionar los problemas miccionales”. En este punto cabe recordar que, a pesar de la frecuencia, las enfermedades prostáticas tienen una elevada posibilidad de curación, motivo por el cual siempre es deseable detectarlas en fases tempranas.
¿Cómo prevenir?
Estos problemas de próstata se pueden prevenir con una función sexual adecuada y frecuente, evitando infecciones del tracto urinario y enfermedades de transmisión sexual, con hábitos miccionales correctos, es decir, sin prolongar innecesariamente el tiempo entre una micción y otra. También es importante tener unos hábitos dietéticos adecuados ya que existen alimentos con función protectora, como los vegetales con antioxidantes: el tomate, la calabaza, las uvas, la soja... a la vez que se deben evitar comidas con alto contenido en grasas polisaturadas.
Para la prevención de los problemas de próstata es recomendable un control médico cada año o año y medio a partir de los 45 años de edad, aunque sí hay factores de riesgo familiar en padres o hermanos, el control debería ser más estricto. Además, ante cualquier síntoma como: cambios miccionales, dificultad al orinar, síntomas irritativos, fiebre o retención urinaria… se debe acudir a la consulta de un especialista para poder valorarlo.