Protección ocular para los más pequeños
En los últimos años, han aumentado las campañas de protección solar para nuestra piel, pero éstas no se han trasladado a otra parte muy sensible a los rayos del sol, los ojos. En los países de la zona mediterránea, donde hay una mayor exposición a este tipo de radiación, se han detectado más casos de daños en la retina, el cristalino y la superficie ocular. Al ser la primera capa expuesta a la intemperie, esta sección del ojo es la más perjudicada debido a la radiación solar.
En palabras de la Dra. Marta Pazos, oftalmóloga especializada en glaucoma del Institut de la Màcula, “todas las estructuras de los niños están en formación y, por lo tanto, son más sensibles a la luz: desde la piel del párpado hasta el propio ojo, ya que al tratarse de una estructura transparente, no dispone de protección”. ”Al no existir un filtro, como con la piel, la luz traspasa directamente y puede afectar a cualquier parte del ojo, desde la córnea hasta partes más profundas, como la retina”.
La memoria del ojo
Durante exposiciones prolongadas al sol se pueden llegar a producir lesiones graves en el ojo. Tal como sucede con la piel, esta parte de nuestro cuerpo tiene memoria y acumula a lo largo de nuestra vida las agresiones que ha recibido, sobre todo durante la infancia. Por este motivo, es tan importante cuidar la vista de nuestros niños. De no ser así, nuestra visión puede desarrollar cataratas, DMAE, y diferentes tipologías de cáncer en edades superiores a los 70 años.
Consejos de prevención
Para proteger la visión de nuestros hijos de la radiación solar, lo más importante es inculcarles el hábito de ponerse gafas de sol y la utilización de una gorra de ala ancha. La elección de unas buenas gafas es un detalle primordial para la visión. En el caso de los niños, la Dra. Pazos recalca que “resulta fundamental que las gafas se ajusten a la anatomía del pequeño, que se sujeten bien hacia atrás y que se enganchen al puente de la nariz para que no haya espacios a través de los cuales se cuele la luz”.
Las estaciones del año en las que se requiere especial atención son el verano, incluso cuando el cielo esté nublado, ya que éstos no filtran los rayos ultravioletas. Y también en invierno es importante tener cuidado en las zonas de altura, en lugares donde por ejemplo haya nieve, ya que ésta puede tener un efecto de espejo respecto al sol y rebotar en nuestra mirada.