Psoriasis, la enfermedad de la piel
La psoriasis es una enfermedad inflamatoria que afecta a la piel y en algunas ocasiones a las articulaciones. Es una patología crónica que cursa en brotes, es decir, con periodos en los que aparecen o empeoran las lesiones y los síntomas asociados, y otros periodos en los que éstas remiten o mejoran. Se trata de una afección con un amplio rango de severidad, desde casos leves a moderados y severos. Es importante recalcar que la psoriasis no es contagiosa y, por tanto, las personas que la sufren no la transmiten a otras con las que tengan contacto.
¿Es una patología frecuente? ¿Cómo afecta la psoriasis a quienes la padecen?
En torno al 3% de la población tiene psoriasis. En España se calcula que más de un millón de personas sufren esta enfermedad.
La psoriasis afecta a todos los ámbitos de la vida de la persona que lo padece: físico, psicológico y emocional, social y laboral. Esta afectación suele ser mayor en las personas con psoriasis moderada-grave que en las personas con psoriasis leve pero la gravedad no es el único factor a tener en cuenta puesto que también influyen otros como: localización de las lesiones, edad, personalidad, profesión, etc.
Sintomatología de la psoriasis
Su manifestación clínica más habitual es la aparición de lesiones en la piel en forma de placas de tamaño variable, rojas y con escamas blanquecinas en la superficie. Puede afectar también a las uñas de manos y pies apareciendo engrosamiento, despegamiento de la parte final, manchas amarillentas, pequeños hoyuelos, entre otros. Si afecta a las articulaciones, es lo que se denomina artritis psoriásica, aparecerá inflamación y dolor de una o varias articulaciones (muy típicamente las articulaciones de los dedos), dolor en el talón o aparición de inflamación en un dedo (que adquiere el aspecto de una salchicha).
Causas de la psoriasis
Desde un punto de vista fisiológico la psoriasis consiste en la proliferación anormal de las células de la piel. En una situación normal la piel se regenera en unos 30 días, pero en la psoriasis lo hace en tan solo 4 días. Esto conlleva que las células cutáneas se acumulen y formen las placas con escamas características de la enfermedad.
La psoriasis se produce por una combinación de factores genéticos y ambientales. Existe un componente genético que predispone a padecer psoriasis y se estima que en torno a un tercio de los pacientes afectados tienen familiares directos con psoriasis. Además, hay factores desencadenantes o precipitantes que hacen que en un momento dado aparezca el brote: estrés, alcohol, obesidad, ciertos medicamentos, infecciones, cambios hormonales…
Psoriasis: tratamiento
Cada persona con psoriasis tiene particularidades que habrá que tener en cuenta a la hora de elegir un tratamiento u otro: gravedad y tipo de psoriasis, localización de las lesiones, otras enfermedades concomitantes, sexo, edad, profesión, estilo de vida, grado de afectación psicológica, repercusión en la calidad de vida, preferencias personales... Hay tratamientos que funcionan en algunos pacientes, pero no sirven o incluso van mal en otros. Por ese motivo, el tratamiento ha de ser personalizado para cada paciente. Yo suele exponer y explicar a mi paciente las diferentes opciones para juntos poder decidir la terapia más adecuada en su caso.
Y ¿qué opciones terapéuticas existen en este momento? Los podemos dividir básicamente en cuatro grandes grupos:
- Tratamientos tópicos: son cremas, pomadas, lociones, espumas o champús que contienen diversos principios activos (corticoides, derivados de la vitamina D, retinoides, inhibidores de calcineurina) que se aplican sobre las zonas afectas. Suelen ser tratamientos adecuados para casos leves o con lesiones localizadas.
- Fototerapia: terapia con luz ultravioleta de tipo A o B (UVA o UVB) que se emiten en cabinas bajo supervisión médica. Una versión natural de la fototerapia consiste en tomar el sol de forma controlada.
- Tratamientos sistémicos (ciclosporina, metotrexato, acitretino): son tratamientos en pastillas o inyecciones que actúan en el organismo de manera global. Son más efectivos que los tratamientos tópicos pero también pueden tener más efectos secundarios que habrá que tener en cuenta y controlar adecuadamente.
- Tratamientos biológicos y pequeñas moléculas (etanercept, adalimumab, infliximab, ustekinumab, ixekizumab, secukinumab, apremilast): esta es la última generación de tratamientos para la psoriasis. Son los más efectivos y están indicados para los casos moderados o graves que no hayan respondido o hayan tenido efectos secundarios con los tratamientos previos. Son fármacos muy caros que se obtienen en la farmacia del hospital bajo prescripción médica. Los fármacos biológicos se administran todos ellos con inyección en jeringa o pluma (similar a la insulina), excepto el infliximab que se pone mediante infusión intravenosa en el hospital. El apremilast, que es considerada como pequeña molécula, es una pastilla que se toma 2 veces al día. No es tan eficaz como los tratamientos biológicos, pero es muy seguro, puede ser eficaz en ciertas localizaciones difíciles de tratar (palmas y plantas, cuero cabelludo) y controla muy rápidamente el picor.
¿Qué avances se han producido en los últimos años en el tratamiento de la psoriasis? ¿En qué consisten?
En los últimos años, gracias a la investigación de la industria farmacéutica junto con el esfuerzo del colectivo médico y la inestimable predisposición de ayuda de los pacientes, ha habido grandes avances en el tratamiento de la psoriasis. Yo misma he tenido la oportunidad de participar en varios ensayos clínicos en este campo. La aparición de los fármacos biológicos y pequeñas moléculas ha supuesto un nuevo escenario en el tratamiento de la psoriasis por su eficacia y seguridad claramente superior a lo que hasta ese momento manejábamos.
Actualmente disponemos de seis fármacos biológicos comercializados y los próximos años seguirán apareciendo nuevos. Además, recientemente se ha producido otro importante avance con la comercialización de un nuevo tratamiento tópico de pulverización en espuma, novedoso en cuanto a su eficacia, que es superior a la del resto de tratamientos tópicos, y por su comodidad de aplicación, ya que al tratarse de una espuma se extiende muy bien y no resulta tan pringosa. Estos avances nos dotan a los dermatólogos de herramientas muy útiles para poder ayudar a nuestros pacientes a controlar la psoriasis y mejorar su calidad de vida.
Para más información sobre la psoriasis, consultar con especialista en Dermatología.