Qué debes saber antes de someterte a un lifting facial
El lifting facial es una técnica quirúrgica cuya finalidad es corregir la flaccidez de la cara mediante la reposición de los tejidos en su posición anatómica, aportando el volumen perdido si es necesario. El objetivo es conseguir un rejuvenecimiento con aspecto natural.
¿Cómo se realiza el lifting facial?
El lifting facial es una intervención quirúrgica que puede durar unas 2-4 horas en función de la cirugía a realizar al paciente. Puede realizarse con anestesia general o con anestesia local y sedación. Las incisiones a realizar dependerán de cada caso pero emplazándose siempre en zonas poco visibles.
Los tejidos se restituyen a su posición anatómica, y los resultados dependerán en gran medida de la elasticidad y textura de la piel, elastosis y daño solar…, así como de la estructura ósea de la cara que puede condicionar su optimización. Pero en cualquier caso es una cirugía muy gratificante cuando la indicación y la técnica quirúrgica realizadas son las correctas.
Postoperatorio del lifting facial
Tras la realización del lifting facial los pacientes permanecen ingresados una noche. Antes del alta hospitalaria se cambia el vendaje, y se coloca habitualmente uno más ligero que el paciente retirará en su domicilio en 24-48 horas, salvo que prefiera no llevar otro vendaje. A partir de ese momento puede lavarse la cara y ducharse con ciertas limitaciones. Las primeras dos semanas se recomienda no hacer mucho movimiento del cuello, debe evitar agacharse y hacer esfuerzos. Es importante en estos primeros días mantener un ambiente fresco y relajado para evitar complicaciones.
Lifting facial endoscópico
En ocasiones se realiza el lifting facial de manera endoscópica, en función de la flaccidez y de la calidad de la piel (elasticidad). Su ventaja principal es la disminución del tamaño de las incisiones, además de una recuperación más rápida, al ser una técnica mínimamente invasiva.
Sin embargo, esta técnica no puede utilizarse en todos los casos, siendo especialmente aplicable en personas de mediana edad para el tratamiento del tercio superior de la cara, corrigiendo las arrugas de la frente y la caída de las cejas.
Otra de sus indicaciones es el tercio medio facial, para reposición del pómulo y sus volúmenes.
Esta técnica se realiza a través de pequeñas incisiones (portales) para introducir los instrumentos y la cámara óptica que permiten realizar la intervención, al igual que una artroscopia para la rodilla o una laparoscopia para abdomen, etc., evitando las incisiones más amplias requeridas en cirugía convencional, lo que conlleva una mayor receptividad y satisfacción por parte de los pacientes.