Qué es y cómo se trata la membrana epirretiniana macular

Qué es y cómo se trata la membrana epirretiniana macular

Top Doctors
Escrito por: La redacción de Top Doctors
Editado por: TOP DOCTORS® el 14/06/2019

El Dr. Bueno Palacín, experto en el diagnóstico de cualquier patología relacionada con la retina, es el director de la Unidad de Vítreo-Retina de Innova Ocular IOA MADRID. En el siguiente artículo explica qué es y cómo se trata la membrana epirretiniana. 

 

 

La mácula es la zona central de la retina, que ocupa unos milímetros centrales de la misma. En ella inciden directamente los rayos de luz que penetran en el ojo, por lo que es la zona que consigue una mejor visión. Esta zona nos permite identificar los detalles finos, leer, enhebrar una aguja o reconocer caras, entre otros.

 

La retina periférica sirve para ampliar el campo visual, ayudando a la orientación espacial. Esto nos permite saber qué tenemos a nuestra derecha y que hay a nuestra izquierda, pero no con precisión. Por ejemplo, si tenemos la vista fijada al televisor podremos ver que a sus lados hay muebles, pero si nos ponen un texto al lado del televisor no lo podremos leer. Esto se debe a que la retina periférica no tiene capacidad de visión detallada.

 

La membrana epirretiniana o membrana epimacular es una capa fina de tejido fibroso que crece en la superficie de la mácula. Con el tiempo, esta membrana tiende a contraerse poco a poco y provoca una deformación progresiva de esta zona central de la retina.

 

La membrana epirretiniana es una capa fina de tejido fibroso que crece en la superficie de la mácula

 

¿Qué causa la aparición de la membrana epirretiniana?

La mayoría de las veces, la aparición de la membrana epirretiniana no tiene una causa definida pero se relaciona con la edad del paciente. Normalmente es raro ver una membrana epirretiniana por debajo de los 50 años, diagnosticándose con más frecuencia en la década de los 70 años.

 

Un pequeño porcentaje de estas membranas epirretinianas pueden tener origen inflamatorio, surgiendo como reacción a traumatismos, cirugías, inflamaciones intraoculares, tratamientos con láser o en relación con enfermedades vasculares o tumorales. Este tipo de membranas epirretinianas se pueden presentar a cualquier edad.

 

¿Cuáles son los síntomas de la membrana epirretiniana?

Cuando la membrana es reciente, está poco contraída y deforma poco la mácula, por lo que puede ser que no comporte síntomas. El paciente puede conservar buena visión y, como la membrana es tan fina, puede incluso pasar desapercibida para el médico en una exploración rutinaria de fondo de ojo. Tenemos un aparato conocido como OCT, que realiza un pequeño escáner de la mácula y es muy sensible para detectar la presencia de estas membranas incluso en estos estadios precoces.

 

Conforme va contrayéndose la membrana, la deformación de la mácula es cada vez mayor y los síntomas que produce son principalmente dos:

 

  • El primero y más importante es la disminución de visión central. Esto es fácil de identificar en una exploración porque el ojo afecto, aunque esté bien graduado, es capaz de ver menos letras que el ojo sano cuando se hace una prueba de agudeza visual.
  • El segundo es la aparición de la metamorfopsia, que es la aparición de deformidad en la visión. Esto el paciente lo refiere diciendo que por un ojo ve los objetos torcidos, si lo compara con el ojo bueno.

 

La aparición de la membrana epirretiniana no tiene una causa definida pero se relaciona con la edad del paciente.

 

¿Se puede prevenir la membrana epirretiniana?

La membrana epirretiniana se puede intentar prevenir solo cuando su origen sea inflamatorio, pudiéndose prevenir con tratamiento. En la gran mayoría la membrana suele surgir de forma espontánea, por lo que no se puede prevenir.

 

¿Cómo se trata la membrana epirretiniana?

Actualmente existen aparatos que ayudan en el diagnóstico precoz de estas membranas. Muchas de ellas no hacen falta tratarlas ya que no provocan grandes alteraciones visuales y se puede limitar el tratamiento a un seguimiento. Además, su evolución suele ser muy lenta y con una revisión anual, o dos, suele ser suficiente para tenerlas bajo control.

 

Cuando estas membranas afectan claramente a la agudeza visual del paciente, bien por pérdida de visión o bien porque la distorsión que provoquen sea grande, la única solución es hacer una intervención llamada vitrectomía posterior. Esta intervención consiste, básicamente, en entrar dentro del ojo y eliminar un líquido gelatinoso que hay en su interior, conocido como vítreo, para poder acceder a la mácula. Una vez hay acceso libre a la mácula, se usa un colorante que tiñe la membrana de color azul y permite identificarla mejor. A continuación, con unas pinzas muy pequeñas, se intenta separar poco a poco la membrana de la mácula para ir despegándola sin dañar la retina subyacente.

 

Si tenemos una mácula deformada por la existencia de una membrana en su superficie y logramos extirpar con éxito esa membrana, lo que se pretende es detener el proceso de deformidad progresiva de la mácula y, como mínimo, frenar la pérdida de visión. Además, una vez que liberada la mácula de la tracción, aumentamos la posibilidad de que la mácula tienda a recuperar su forma habitual y mejore la visión y la distorsión.

 

Por lo general, los resultados son mejores en pacientes que no han perdido mucha visión antes de ser intervenidos. Esto es lógico, ya que si un paciente tiene un deterioro visual severo significa que la membrana lleva mucho tiempo de evolución, con una mácula deformada desde hace tiempo y, por tanto, con menos capacidad de recuperar su forma original y de mejorar en visión. No hay una regla fija de cuándo se debe operar una membrana epirretiniana, ni un límite de pérdida de visión a partir del cual se deba operar obligatoriamente. A pesar de ello, como regla general, hay que saber que a mejor visión antes de operar mayor posibilidad de que la recuperación visual sea buena y viceversa. Si observamos que en sucesivas revisiones el paciente se mantiene estable, no haría falta hacer nada, pero si su pérdida de visión es progresiva, no sería recomendable esperar mucho tiempo a operar.

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