¿Qué hago si tengo una fístula anal?
Algunos de los síntomas de las fístulas anales, que se encuentran alrededor del ano, son pus, mucosidad y molestias. Hay diferentes maneras de tratarlas.
¿Cómo sé que tengo una fístula?
Las fístulas anales son una conexión, superficial o profunda, entre el ano y la piel que se encuentra alrededor del primero.
Los pacientes que han sufrido un absceso anal son los que sufren fístulas de forma más frecuente. No obstante, en la gran mayoría de los casos éstos creen que sufren hemorroides. El pus, mucosidad o molestias anales son algunos de sus síntomas.
El profesional en Cirugía General debe valorar al paciente mediante una exploración física y un tacto rectal. También se suelen solicitar algunas pruebas como una ecografía anal, una resonancia magnética de la pelvis y una colonoscopia.
Tratamiento de la fístula anal
El tratamiento se realiza mediante cirugía con el objetivo de solucionar la fístula y mantener las funciones del esfínter, éstas son, contener los gases y heces.
La intervención puede realizarse con las siguientes técnicas:
- Extirpación completa de la fístula (si ésta es superficial),
- Colocación de sedales en el trayecto de la fístula,
- Cubrición de la fístula con el tejido del ano.
Postoperatorio de la fístula anal
Tras la cirugía, el paciente pasará 24 horas en el hospital para vigilancia médica. Una vez es dado de alta, los profesionales médicos recomiendan una dieta rica en fibra y beber abundante agua. Sin dejar de lado los baños de asiento con agua templada 3 veces al día y después de cada deposición. Todo ello se complementa y acompaña de la medicación antiinflamatoria para el dolor y las molestias. El paciente tendrá que acudir a la consulta de su cirujano durante el tiempo que éste crea necesario hasta la completa y correcta curación.